Tres: El primer adiós.

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Brooklyn:

—Brooklyn, tenemos que ir...

—¡No puedo, mamá!

"No podría", decía en voz baja.

Ir a un funeral era una lúgubre idea. No quería que mi madre me viese llorando. No quería complicarle más la vida.

De esta forma, con tanta agonía rodeándome, sentía cómo la voz que creó la oscuridad, reía de nuevo.

Luego de rehusarme y vivir el duelo a mi propia manera, encontré fuerzas para ir a la ceremonia. Todos los presentes vestían de negro y las gotas de lluvia se confundían con las lágrimas en sus ojos.

Presencié cómo enterraban el féretro bajo tierra. Donde, en primavera, también habría oportunidad de que crecieran nuevas flores.

Tal como las olas del mar pueden acabar con una vida; pero siguen siendo hermosas, al terminar el ciclo de la vida, otra completamente nueva puede comenzar. Allí, en la tierra que juntos labramos como los seres racionales que somos, después de nuestra muerte podremos ser rosas, o bellos tulipanes.

Fue tanto el dolor de esta pérdida, que el sujeto oscuro no se apareció por unas cuantas noches.

Sentimientos Sangrientos (Lis Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora