Treinta y seis: Junto al mar Mediterráneo

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Peter:

—¿Sabes cuánto te quiero? —escuchaba decir a mi madre.

Un pequeño Peter, de unos 7 u 8 años más o menos la observaba expectante.

Era uno de los muchos recuerdos que conservaba a su lado. Fue en unas vacaciones, cuando mi madre le pidió a mi padre un poco de tiempo. Un pequeño inconveniente de adultos, pensé. Para un niño de ocho años, no había mucho de qué preocuparse.

Estábamos en la playa, junto al mar Mediterráneo. No recuerdo en qué país exactamente, lo que sé con certeza es que fueron los mejores días de mi vida.

—Te quiero más que a cualquier cosa en este mundo, ¿y sabes por qué? —prosiguió ella.

Yo negué con la cabeza.

Ella dejó a su mirada vagar por las olas medianas que se formaban frente a nosotros y que rompían contra las rocas. Sus ojos pasearon por ese hermoso azul, detallándolo hasta que por fin se giró hacia mí y dijo:

—Porque cada vez que te miro a los ojos...Es como si viese estas olas, hijo mío. Pero la diferencia es que los tuyos jamás me harán daño.

Cualquiera pensaría que estaba haciendo la analogía con las olas del mar, pero yo sabía, con todo y la inocencia de un niño pequeño, que lo decía por lo que estaba viviendo ya con mi padre.

Uno o dos años después de eso vinieron sus adicciones...

Vinieron los golpes, abusos y más problemas matrimoniales.

Cosas que un pequeño no podía comprender. A veces aún no lo hacía.

¿A dónde se había ido el amor? ¿A dónde se había ido la felicidad? ¿A caso era por mi culpa que mi familia estuviese rota?

Había ido a terapia un par de veces, y el terapeuta me había dicho algo que me marcó para siempre.

"Tu familia está rota porque ellos así lo decidieron. No debes culparte por ello".

Pues siempre tendía a culparme por lo que había pasado en mi familia. Sabía que mi madre me quería, y yo tan sólo debía intentar ser la mejor versión de mí para estar bien emocionalmente. Porque si yo lo estaba, automáticamente ella lo estaría también.

Tú, la estrella que siempre está presente en las tormentas del cielo de mi vida, mamá.

Sentimientos Sangrientos (Lis Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora