Brooklyn:
Estaba cansada de todas las voces que me rodeaban.
Si ya bastante tenía con la del sujeto oscuro, las femeninas y las infantiles que me susurraban al oído que tenían muchas cosas que contarme, pues con las que eran reales, sencillamente colapsaba.
Me convencían que mi mente era un desastre, que el problema estaba en mí y no en cómo ellos percibían la vida.
Porque a ver, yo sólo tenía un diagnóstico, estaba enferma. Pero estarlo no me hacía incapaz.
Pues, padecer una afección mental no te convierte en un loco o en alguien a quien deban encerrar. No era una criminal. Tampoco estaba poseída.
Sí, era estúpido, pero les sorprendería cuantas veces le dijeron a mi madre que me debería llevar a un exorcista.
Un psiquiatra no te va a sacar los ojos, o a hacer experimentos con tus órganos. Hay que dejar los tabús.
En mi defensa, creo que, en especial el doctor Adam era un profesional muy elocuente. La primera vez que nos vimos, me pidió que hiciera un dibujo. Me pidió que dibujara a una persona, alguien amigable.
—¿Es en serio, doc? —inquirí yo, incrédula conociendo mis dotes en cuanto a dibujar se refiere.
—Vamos, Brooklyn, no puede ser tan malo.
—Y es que sí, sí lo va a ser.
—No importa. —me interrumpió él alzando ambas manos hasta cubrir su rostro— Yo valoro todos los dibujos de mis pacientes. Si es feo, no nos va a importar.
Así que, sin pensarlo mucho, garabateé un círculo y le puse ojos, nariz, boca y cabello. En mi opinión, lo más "normal" que he visto en mi vida. No era digno de Picasso, pero para haber sido dibujado por alguien de doce años en ese momento, que ya tenía formación en el arte por mi antigua escuela antes de pisar East High, era horrible.
Él lo observó y luego me miró a mí.
Dijo la cosa más acertada que había escuchado jamás. ¡Con sólo ver un dibujo!
—Es...Interesante.
—Horrendo querrá decir.
—Déjame terminar. —prosiguió él— Como ves, no le dibujaste cuerpo, ni ropa, ni espacio en el que esté parado. Sólo hay una cabeza, una mente. Lo que me dice, que eso es lo primero que ves y te interesa cuando conoces a alguien nuevo. No te interesa la ropa, las joyas, o si va conduciendo el más lujoso de los coches.
» Lo que te importa, es lo que piensa. Sus ideales, lo que siente, lo que maquina dentro de esa cabecita, que a veces es tan pequeña y puede parecer tan inservible; pero que tú más que nadie, sabes que no es así. ¿Estoy en lo correcto?
Después de un breve silencio, en el que quise indagar si había, aunque fuese una mísera mosca en la que centrar mi atención para no tener que enfrentarlo, tan sólo asentí. Porque había dado justo en el clavo.
—Wow, doc. —me sorprendí, finalmente— Con razón y le dieron el trabajo.
Ambos reímos.
Sí, así de "locos" estamos los pacientes psiquiátricos y así de "impensables y caóticas" son las consultas.
Creo que más bien, hay que cambiar las percepciones sociales de lo que es ir a terapia y ser un paciente mental. Al menos el doctor Adam no me sacó un riñón o empezó a hacer cánticos gregorianos para "sacarme el demonio que tengo dentro".
Tan sólo conversamos como dos personas, una que desea sanar y otra cuyo mayor deseo es prestar su ayuda y conocimientos para ayudarme a hacerlo.
Pues, como leí en una novela cuyo protagonista también luchaba con esta enfermedad:
"Tengo una dolencia, pero no soy la dolencia misma".
Y eso es lo que intento recordarme todos los días de mi vida.
Cuando veo su sangre.
Cuando escucho sus voces.
Cuando en lugar de uñas, noto que tengo garras en donde van mis dedos.
Puedo sufrir, pues ellas hacen que lo haga, pero seguiré intentando vivir de manera en que al salir pueda disfrutar de los diversos colores de las mariposas. Ya sean amarillas, azules o rosas, como las paredes de mi habitación...Siempre las veré tal cual son: seres que lucharon por aprender a volar y abrirse su propio camino hacia el cielo.
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Sentimientos Sangrientos (Lis Version)
Teen FictionEn un Londres aparentemente tranquilo, hay una chica que lidia con voces en su cabeza debido a su exacerbada emotividad y diversos traumas del pasado. Conoce a un chico que, igual que ella, no sabe controlar sus demonios internos en esta lucha que l...