Doce: ¿Qué se siente al tener este diagnóstico?

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Brooklyn:

Creo que una de las peores cosas de este diagnóstico, no son los efectos secundarios de los medicamentos; la incapacidad de dormir, la exasperación al ver que un día nuevo se alza frente a tus ojos, pero tú sigues en la misma posición. No, eso no es.

Pienso que lo que más me ha afectado, desde el día en que estas voces tocaron con su tétrica canción a mi puerta, es el miedo de lo que puede ocurrir si les hago caso. Si la sangre gana y no el corazón; si una mente guiada por la desdicha al fin triunfa.

Pues muchas veces tengo miedo de mí misma.

De estos brazos, que tantas veces antes había cicatrizado. De esta piel, que en una ocasión un bastardo había tocado y entre sus formas se había perdido; guiado por todo aquello que es líder del deseo humano, y que es injusto. Injusto para mí y para todas las otras víctimas de abuso.

Pues yo era una víctima de mi propia mente, pero también lo era de la vida; del dolor, de la agonía.

Era la víctima del deseo de un hombre que no supo controlar sus impulsos y por ello me dejó el corazón marcado y con este trauma por el que ahora lloro siempre cuando el sol se oculta.

Porque me habían enseñado que cada historia tenía un "y vivieron felices para siempre", pero en la mía figuraban tan sólo serpientes y una guerra. Una guerra de poder, viendo cuál de las dos hermanas (vida o muerte) acababa conmigo primero.

La señorita de negro persiguiéndome con el fantasma de esas manos que sellaron mi cuerpo, y me dejaron destrozada en el suelo. Esas que en aquella tarde de verano oscilaban sobre mi abdomen, como si de un estúpido baile fiestero se tratara.

Como si yo también lo estuviese disfrutando.

Luego, al pedir ayuda, lo único que obtuve como respuesta fue:

¿Y por qué no te defendiste?

¿Por qué no lo golpeaste?

Debiste haber hecho algo.

Y me hiere en el alma que, desde ese acontecimiento, le tengo miedo a lo social.

A las amistades.

A nuevas personas.

Pues hace mucho tiempo, cuando confié en alguien, lo único que obtuve a cambio fue eso: monstruos y serpientes verdes, que a través de los juegos de mi mente me llevaban de vuelta a esa tarde de verano, en donde perdí mi inocencia y miles de recuerdos dorados.

Y es aquí cuando me pregunto: Vida, estimada señorita de blanco, ¿dónde carajo estás? ¿Dónde estás si me quiero entregar a ti y no a tu hermana? ¿Si quiero encerrar a sus mascotas verdes en una habitación y olvidarme por completo de ellas?

Y entonces aquí es cuando le respondo a mi persona:

"Tal vez por eso la señorita de negro se enaltece tanto cada vez que gana la carrera".

"Y por ello tiene más personas que desean irse con ella..."

Sentimientos Sangrientos (Lis Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora