Promesa rota

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Narra Bill:

Ver a Sophia golpeando brutalmente a su mejor amiga me hizo ver qué mi papá tenía razón, toda mi vida había vivido pensando que a lo mejor mi padre mentía referente a lo que se decía de cada mafia, pero verla fue una gran sorpresa.

No sentí remordimiento cuando le dije que era horrible, como pudo hacerle eso a la que decía llamar amiga.

Había ayudado a Lindsay a limpiar su rostro hasta quitar cada rastro de sangre.

-Es una salvaje.- me dijo Lindsay.

-No puedo creer que te golpeara así.- le dije tomando su cara entre mis manos.

-¿Crees que soy fea?.- me preguntó.

-Claro que no, eres una chica muy atractiva.- le dije sonriendo.

Entonces pude ver un brillo muy especial en ella, sus ojos me hacían ver qué ella decía la verdad y sin esperarlo ella unió sus labios con los míos, era raro pues a la única chica que había besado había sido a ella, a Sophia pero me deje llevar cuando sentí que alguien nos observaba así que me separé lo más rápido que pude y mire a todos lados pero no había nadie.

-¿Pasa algo?.- me preguntó Lindsay.

-No, solo que a la única persona con la que me había besado había sido con...- iba a decir su nombre pero ella me interrumpió.

-Con ella, ya lo se.- me dijo poniendo una cara triste.

-Creo que es mejor que me vaya.- me dijo levantándose de su asiento.

-No.- le dije sujetando su mano delicadamente para no lastimarla más.

-Podemos...podemos intentar algo si tú quieres.- le dije un poco dudoso.

-¿Estás hablando enserio?.- me dijo con una sonrisa.

-Claro, ¿Aceptas?.- le pregunto y ella asintió tímidamente.

°°°

Me encontraba con los chicos en las escaleras de la escuela cuando vemos entrar a un hombre muy alto.

-Creo que es el.- dijo Georg mirando al hombre.

-Tienen un gran parecido.- dijo Gustav.

-Pero lastima que no podemos acercarnos.- dijo Tom.

-¿Quien es?.- pregunté.

-¿Enserio te importa saber quién es?.- me preguntó Tom con molestia.

-Creo que es muy obvio.- le dije rodando los ojos.

-Es el papá de Sophia.- dijo Georg.

-No deberíamos ni siquiera decirle quien es a él ni siquiera le importa.- dijo mi hermano.

-¿Cuál es tu problema?.- le dije levantandome de mi lugar.

-El problema es que eres un imbécil le dijiste que era una persona horrible y todavía preguntas cosas sobre ella.- me respondió mi hermano.

-Es mejor dejar las cosas asi.- dije respirando ondo.

Habían pasado las semanas no había visto a Sophia ningún día de escuela, solo veía como mis amigos salían sin avisarme hasta que un día dejaron de salir.

-Es una lastima que se tuvo que ir.- dijo Gustav.

-¿Quien se fue?.- pregunté

-Sophia.- me respondió Georg y entonces sentí como algo dentro de mi se rompió en mil pedazos, se había ido sin decirme...

-¿Por qué no me dijo que se iría?.- pregunté.

-Tal vez por qué el día que te lo iba a decir le dijiste horrible.- me dijo Tom con sarcasmo.

-¿Y ustedes lo supieron antes que yo?.

-Si.- dijeron Georg y Gustav.

-Con que a eso iba...- dije apretando los puños.

-Bueno desde hoy dejo toda relación que tuve con ella quedo atrás, esa promesa que un dia hicimos se rompió gracias a ella.- les dije mirando fijamente un punto.

-Espero que no te arrepientas de lo que haces.- me dijo Tom.

-Creme que no.- le dije y salí de la habitación.

Por ella realmente me había detenido a seguir con el legado de mi padre pero así como ella no pudo contarme algo tan simple por qué debería de seguir cumpliendo algo...

El amor conlleva dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora