El amor conlleva dolor

Mentirosa

Narra Bill:

Salí muy molesto de la habitación, golpeaba a las personas para abrirme paso y buscarla a Lindsay, cómo pudo a verme mentido todo este tiempo.

Me quedé parado en el pasamanos por unos minutos hasta que la vi platicando con unos chicos cosas que hizo que me molestará más ya que estaban muy juntos.

Baje a toda prisa y me pare atrás de ella.

-¿Interrumpo algo?.- dije en un tono molesto.

-Hola cariño, solo hablaba con los chicos.- me dijo con una sonrisa.

-¿Veo que te gusta platicar con cualquier idiota no?.

-¿Por qué dices eso?.- me dijo intentando tomar mi mano cosas que rechacé en automático.

-Pues eres buena engañando a la gente ¿no?.- le dije.

-Pues hermano deja de hablarle así a la chica.- me dijo uno.

-Tu me acompañas afuera.- le dije y jale bruscamente a Lindsay hasta salir al jardín.

-¿Que demonios te pasa?.- me grito safandose.

-¿Cómo pudiste mentirme?.- le dije apretando los puños.

-Yo jamás te eh mentido Bill, cálmate.

-Eres toda una mentirosa, como no le hice caso a ella carajo.- dije agachándome en forma frustrada.

-¿Hablas de ella?.- me preguntó y entonces la mire.

-Claro, ella es todo para mí, lo sigue siendo y jamás la dejaré de amar.- le grite y entonces ella me abofeteo.

-Eres un imbécil.- me grito.

-Y tu una perra mentirosa que solo arruinó mi vida.- le dije tomándola de los brazos con fuerza.

-Me estás lastimando imbécil.- me dijo pero alguien me hizo soltarla bruscamente y sin esperarlo recibí un golpe.

-Te dijimos que la dejaras no entendiste idiota.- me dijo uno de los chicos con los que estabas.

-Estaba en mi maldita casa, como te atreves a traer a tus amantes aquí.- le dije con molestia a Lindsay mientras me limpiaba la sangre.

-Te vamos a enseñar a respetar a una mujer imbécil.- me dijo uno para después golpearme, deje que me golpearan pues no sentía nada por el enojo.

-Mira como es bueno para ponerse a maltratar mujeres y no sirve para defenderse.- se dijeron entre ellos.

-Pues déjame decirte que no siento ni el más mínimo dolor, creme que ni cosquillas siento.- le dije con burla.

-Te voy a enseñar cómo se hace.- le dije y me levanté y lo golpe, golpe a otro y solo me quedaba uno.

-Veo que tus amigos no soportan tanto, ¿Tu si?.- le dije pero saco una navaja.

-Bueno si a esas vamos.- le dije y me tire encima para quitarte la navaja noqueando al tipo.

-Bill.- dijo mi nombre la voz de mi hermano.

-Cuidado.- grito y cuando me di la vuelta  ví a Sophia delante mío con una mano a la altura de su cabeza.

-Mierda.- dijo empujando al tipo que me iba apuñalar por la espalda.

Puso un pie para tirarlo y de una patada lo noqueó.

-Sophia ¿estás bien?.- dijeron sus amigas llegando hasta donde estábamos.

-Si.- dijo.

-Pues tu mano dice lo contrario.- dijo Georg y entonces mire su mano y tenía una cortada bastante profunda.

-Yo la curo.- dije y la tome de la muñeca jalandola con fuerza pues se resistía.

-Dejame, estoy bien que no vez.- me decía molesta.

-Solo déjame curarte.- le dije parándome en seco para mirarla.

Ella también me miró y solo asintió para después rodar los ojos.

Los invitados solo nos veían pasar y comenzaba a sentir nervios, nervios de poder tocarla de nuevo...

Llegamos a mi cuarto el cual tenía llave.

-Sientate, traeré el botiquín.- le dije y fui al baño.

-Te dije que estoy bien.- me dijo cuando regrese con las cosas.

-Dejame tu terquedad, no quiero que se te infecte.- le dije poniendo un poco de alcohol en un algodón.

-¿Puedo?.- le dije pidiendo que me diera su mano, me miró con molestia y después me dió su mano.

-Estoy dolerá un poco, si quieres que pare dime.- le comenté y después puse el algodón, la miraba sin que se diera cuenta y veía como aguantaba el dolor.

-¿Por qué no dejaste que me apuñalaran?.- le pregunté una vez que puse una venda en su mano.