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—¿Cómo te puede gustar eso? Es como comer chocolate con dentífrico. 

Sunoo completamente ofendido miró con clara ofensa al mayor, haciendo, para variar, una graciosa expresión facial que solo hizo al castaño sonreír.

—Solo la gente con buen gusto puede apreciar el helado de chocomenta.

Después de aquella improvisada salida después de la sesión de terapia del mayor, estuvieron hablando durante una o dos horas en aquella heladería, desde cosas de su pasado hasta los tipos de clientes con los que se habían topado en la cafetería.

—No quiero trabajar mañana.

Se quejó Sunghoon, haciendo reír al menor.

—¿Y eso por?

—Vivo demasiado lejos y, a diferencia de ti, me debo levantar al menos tres horas antes para llegar a tiempo.

—Pobrecito.

Inmediatamente, Sunghoon le dio un manotazo sin fuerza al contrario, haciéndolos reír a ambos.

—Múdate conmigo, estoy buscando un roomie.

—Es muy caro.

—Podemos arreglarlo. Te vuelves mi esclavo y distribuimos de otra manera la renta.

Ambos rieron por aquella propuesta, sin embargo, Sunoo no estaba bromeando. Así su amena charla casual se volvió en una en la cual prácticamente firmó un pacto con el diablo, con quien, al parecer, iba a vivir.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora