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—He estado bien, gracias por venir a verme.

Sunghoon habló con sus ojos llorosos. Inmediatamente fue por un cuaderno y un lápiz mientras continuaba hablando.

—¿Cómo han estado? ¿Cómo ha ido todo en la cafetería?

"Ella está escuchando, por favor ayúdenme, me quitó mi teléfono, por favor".

Escribió dejando caer la primera lágrima. Sus amigos se apresuraron a iniciar un tema aleatorio de conversación mientras Sunoo se acercaba a su chico para abrazarle, también llorando.

Aquella escena solo conmovió a Riki quien continuaba hablando a la par que escribía en el cuaderno.

"Te sacaremos, sólo tienes que inventar una excusa para salir a la calle".

Sunghoon asintió mientras alejaba el abrazo de Sunoo para limpiar las lágrimas de este.

—Bueno, ya es hora de que se vayan, se está haciendo tarde. Les abriré la puerta. Gracias por venir, en serio.

Cuando Sunghoon iba a abrir la puerta, su madre se apresuró a tomarlo por su brazo, apretando una de sus quemaduras.

—Cariño, yo les abriré, ve a tu habitación.

Inmediatamente el castaño sintió pánico y miró a Sunoo y Riki pidiendo ayuda.

—Muchas gracias señora, pero queríamos despedirnos de Sunghoon afuera.

—No es necesario, pueden hacerlo aquí.

Era notoria la tensión en dicha casa y Sunghoon se soltó con cuidado del agarre de su madre sonriéndole con la sonrisa más falsa que pudo crear.

—Solo les abriré la puerta.

Sunghoon insistió hasta que su madre aceptó, para así, acercarse a la puerta junto a los chicos, sin saber que hacer o decir para distraer a su madre y escapar. Miró a los chicos suplicando ayuda hasta que Sunoo asomó su cabeza por sobre el hombro de Sunghoon y en una clara farsa habló.

—Hoon, ¿Ese es tu padre?

Aquello fue suficiente para que su madre volteara extrañada y Riki tomó de las manos a ambos chicos para salir corriendo con ellos buscando alejarse lo más posible de la casa en el menor tiempo posible.

Se escondieron detrás de unos basureros para hacer parecer que lograron escapar cuando escucharon el nombre de Sunghoon a gritos. Riki inmediatamente sacó su teléfono comenzando a grabar, con clara precaución, cada cosa que gritaba la señora Park.

—¡Maldito seas niño! ¡Te voy a quemar los ojos cuando te encuentre! ¡No volverás a salir nunca!

Sunghoon cubrió su boca intentando no entrar en pánico, hasta que Riki puso una de sus manos en su hombro.

—Estás a salvo—Susurró.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora