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Sunghoon y Sunoo habían cumplido un mes como pareja, habían decidido tener una cita por ello. Habían salido juntos a un parque de diversiones. Todo el día fue lleno de risas, iban tomados de la mano en cada juego e incluso entraron a una casa del terror donde el menor gritó hasta el punto de que le dolía su garganta, todo mientras Sunghoon se divertía viéndolo.

Cuando el parque de diversiones cerró, ambos chicos decidieron ir a comer algo para continuar con su cita. Aún no oscurecía del todo y querían aprovechar aquel día tan especial juntos.

Llegaron a un pequeño bar donde venían carnes como especialidad, ambos se sentaron en una mesa pidiendo lo que deseaban. Frente a ellos había una parrilla para asar la carne y Sunghoon comenzó a sentirse nervioso.

Si bien, Sunghoon se inflingía calor como castigo, le tenía miedo a este cuando no lo podía controlar.

Cuando Sunoo tomó su mano, sonrió inmediatamente distrayéndose del miedo que comenzaba a sentir. Sunoo le ayudaba mucho a mejorar, lo había incentivado a ir a terapia, había ayudado poco a poco a sanar su relación con el patinaje al punto de que lo disfrutaba nuevamente, aunque aún seguía sintiendo algo de resentimiento por este.

—¿Hoonie está todo bien?

Preguntó el menor al notar como Sunghoon miraba hacia la nada sin moverse un centímetro.

Sunghoon inmediatamente negó y le sonrió a su pareja. Ambos soltaron sus manos cuando llegó la comida y cuando tuvieron que asar la carne, el castaño se puso ansioso. En verdad no quería estar tan cerca del fuego, no cuando no lo podía controlar.

El menor, quien notó el actuar de su novio, se acomodó a su lado, y comenzó a asar la carne sin problemas, sacando un trozo, soplando y dándoselo al mayor.

—Di "ah".

Pidió el más bajo con una sonrisa, el mayor salió de aquel trance y negó recibiendo gustoso aquel trozo de carne, sonriendo por su buen sabor.

—¡Bien hecho!

Sunghoon recibió un tierno besito en su mejilla por parte de su novio y continuaron su velada.

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Cuando los chicos volvieron a su hogar, ambos estaban felices. Habían tenido un día precioso lleno de citas, pero aún no habían terminado. Sunghoon tenía un regalo para su novio.

—¿Recuerdas lo que estaba tejiendo?

Dijo el mayor con aquel regalo atrás de su espalda y avergonzado se lo entregó al menor.

—Hice esta bufanda para ti... desde que comencé a tejerla quería terminarla y dártela... la hice con tus colores favoritos. Espero te guste.

Antes de entregarle aquel regalo, el menor se abalanzó hacia Sunghoon, abrazándolo y dejando varios besos en sus labios, diciéndole lo mucho que le quería.

—No es mucho... pero lo hice con cariño.

—Y eso es todo lo que importa.

Esa noche fue la primera vez en la que ambos chicos se dijeron las palabras más lindas del mundo, "te amo".

Si bien llevaban poco tiempo, lo que sentían era genuino e intenso. Estaban destinados a estar juntos. O eso creían.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora