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Mientras Sunoo buscaba por todas partes a su pareja, mientras esperaba a que el teléfono fuera contestado, hasta que respondió la llamada.

—Hoonie, ¿Hoonie te fuiste sin mí?

Preguntó tratando de no temer lo peor, sin embargo, solo escuchó una respiración que le hizo estremecerse.

—Hoonie, ¿Hoonie donde estás?

Preguntó con temor el rubio, mientras algunas lágrimas caían por sus mejillas. Tenía miedo, miedo de que algo le hubiera pasado a su mayor.

—Por favor dime algo, lo que sea.

Solo podía escuchar aquella escalofriante respiración que le impedía pensar con claridad. Antes de poder decir otra cosa, la llamada se cortó, dejando al menor completamente asustado, quien inmediatamente llamó a Riki para suplicarle por ayuda.

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Abrió lentamente sus ojos, notando que no podía observar nada, esto debido a la tela que cubría su visión, quiso moverse hasta que sintió sus manos atadas al igual que sus pies. Un fuerte dolor de cabeza vino acompañado de la desesperación que había comenzado a sentir.

Sunghoon no sabía donde se encontraba, ni cuanto tiempo llevaba ahí ni quienes lo habían llevado. Mentira, estaba seguro de que eso era obra de sus padres, quienes eran la encarnación de la maldad.

[•••]

—Chico, calma, primero que todo, ¿Cuándo lo viste por última vez?

El rubio respiró en un intento de calmarse. Se habían reunido en el departamento de Riki y ahora le estaban explicando a su padre la situación.

—Mhm, por lo que me dicen, lo más probable es que se trate de un secuestro... Sin embargo, no podemos probarlo.

Aquello bajó el ánimo de los presentes, sobre todo del rubio, ya que, sentía que, debido a él había pasado todo ello, por no acompañarlo, había sucedido todo aquello.

Nadie sabía el paradero actual de Sunghoon, sin embargo, tenían menos de una semana para encontrarlo, ya que si no se presentaba para el juicio, el nuevo juez podría desestimar el caso.

—¡Ya sé! Utilicemos esa aplicación de "encontrar mi teléfono"—Habló Riki.

—A estas alturas ya deben de haberlo apagado—Dijo desanimado el rubio—. Esto es mi culpa.

—No, no es tu culpa. Y, aunque lo apagasen, podemos ver hacia donde se dirigían mientras lo apagaban, tendríamos una pista de a donde fue a parar el castaño.

Lastimosamente para ellos, aunque supieran donde se encontraba, les sería imposible sacarlo del lugar en el que se encontraba, no después de que sus padres idearan un plan para mantenerlo encerrado y no precisamente en su casa.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora