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—Hoonie, Hoonie despierta.

Escuchó a su pareja quien intentaba despertarle, pero no quería hacerlo, su cama era tan cómoda que, aunque tuviera que trabajar, no quería levantarse.

—Cinco minutos más.

—Hoonie hoy es sábado.

Sunghoon inmediatamente abrió los ojos, adormilado y algo molesto.

—¿Entonces por qué me despiertas?

Sunoo sonrió por la linda imagen del mayor. El gusto culposo de Sunoo era cuando su novio se volvía gruñón por el sueño. Se veía tan lindo con los cabellos alborotados, sus ojos cerrándose y con las mejillas algo rojas por lo cálida que era su cama.

—¿Lo olvidaste? Hoy también es mi día libre... Podríamos hacer algo.

El mayor sonrió enternecido, le gustaba que su pareja quisiera pasar tiempo con él, así que se sentó atrayéndole en un abrazo.

Últimamente Sunghoon estaba siendo más cariñoso con su pareja y eso se podía notar ya que incluso le robaba besos en lugares públicos. No es que aquello molestara al rubio, al contrario, le gustaba, solo quería entender el comportamiento de su novio.

—¿Qué te parece si inicias el día durmiendo un poquito conmigo?

El menor rió y negó con su cabeza.

—Eres un... Está bien.

Así, Sunoo se coló a la cama del contrario, abrazándole con mayor comodidad, sintiendo su calor y su cariño.

Un tierno besito fue depositado en los labios del menor, seguido de otro y de otro. A ambos les gustaba mucho demostrarse el amor que se tenían, aunque a veces sentía que los besitos y abrazos no eran suficientes para demostrarse su amor. A veces querían un poco más y aquel día era uno de esos días.

Entre aquellos besitos, las manos de Sunghoon, que estaban posadas en la cintura del menor, lentamente comenzaron a colarse bajo la camiseta que traía este, deteniéndose cuando el menor separó aquel dulce beso que compartían.

—Hoonie... ¿Estás seguro?

—Sí.

Sin decir nada más, Sunoo retiró su camiseta, avergonzando a Sunghoon, quien trató de evitar mirarlo, sacándole una sonrisa a su pareja.

—Mi Hoonie.

Le llamó, mientras su mano suavemente acariciaba la cintura del mayor, a la par que iba subiendo la camiseta de este. Sin embargo, el castaño le detuvo, asustándole, pensando que había hecho algo mal.

—No... No quiero que me veas.

Sunoo hizo una mueca, sin entenderle.

—¿Por qué?

—Mhm... Mis quemaduras... Son horribles... Mi piel es horrible. Sé que ya las has visto, pero esto es diferente...

Aquella explicación solo logró que el rubio volviera a sonreír y dejara un beso en los labios del más alto, seguido de un besito en su frente.

—Hoonie quiero que me escuches. Tu piel es preciosa al igual que tú, sin importar todas las marquitas que tengas, yo las amaré todas, tal como te amo a ti.

Aquellas palabras fueron suficiente para que el mayor sintiera mariposas en su estómago y su corazón acelerarse, cada día se enamoraba más de su Sunoo.

Así fue como permitió que el contrario quitase su camiseta.

Así fue como aquel día, ambos chicos se amaron de una nueva forma, una forma en la que ninguno de los dos había amado antes.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora