[25]

133 20 0
                                    

Saludó solamente por cortesía, había ido al cuarto a encerrarse ya que no le agradaba convivir con Riki. 

Continuó el tejido que había iniciado el día anterior pero, quizás por su mal humor, a cada momento se equivocaba, ya sea saltándose algún punto o tejiendo cadenas de más. Cada equivocación lo frustraba cada vez más, hasta el punto en el que terminó explotando. Tomó su almohada para ahogar un grito que a pesar de ser amortiguado, aún se escuchaba.

Soltó un suspiro, no se entendía para nada, no entendía sus acciones o porqué le molestaba que aquel chico estuviese con Sunoo.

Tomó su cajetilla de cigarros y se acercó a la ventana de la habitación, abriendo esta. Dudó un poco sobre si fumar, sin embargo, aquello era lo único que le quitaba el estrés sin tener que lesionarse.

Encendió aquel cigarro y mirando a través de la ventana, observando el anaranjado cielo debido a la puesta de sol. Nunca había sido fan de los atardeceres, pero esa tarde, todo se veía mucho más lindo de lo habitual, casi como si estuviese mirando un cuadro de algún artista famoso.

Después de varias caladas, su cigarro había llegado a su final, por lo que tomó el cenicero que reposaba en la mesita de noche, observándolo y después mirando su brazo, dudando en donde debería de apagarlo. Sin embargo, por más que ya tuviese una quemadura reciente, esta no se la habría provocado a propósito, por lo que no iba a romper su racha.

Fumó tres más aquella tarde, hasta que el sol ya no se veía y toda la luz se había ido, dejando en vista un precioso cielo estrellado. 

—Bien, ¿Por qué no te agrada Riki?

Escuchó atrás suyo, a lo que volteó encontrándose la mirada interrogante del pelirrosa. Por reflejo, escondió sus brazos tras su espalda, aunque llevaba camiseta de mangas largas, por lo que aquella acción era innecesaria y llamó la atención del más bajo.

—¿Lo hiciste de nuevo?

El menor suspiró con una mezcla de tristeza y decepción, cosa que no hizo sentir bien a Sunghoon.

El mayor se apresuró a explicarle la situación, encontrándose con la mirada molesta del pelirrosa, cosa que pocas veces podía ver.

—Siempre tienes una excusa, que chocaste, que se cayó la ceniza, que fue un accidente. Sunghoon, por más que lo intentes no saldrás adelante si no quieres hacerlo. Estoy cansado de verte una y otra vez hacerte daño para que luego digas que fue un accidente.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora