Through Ice • Sunsun

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—Recuerda, no importa que suceda hoy, no estás solo.

Habló Riki, quien apoyó una mano en el hombro de Sunghoon para intentar tranquilizarle. Luego de eso, todos entraron al tribunal donde se levaría a cabo aquel juicio.

Entre los espectadores se encontraban los amigos de Park, cosa que le hacía sentir un poco más tranquilo. 

Procedió a sentarse junto a su abogado, el padre de Riki, quien preparaba los documentos con las pruebas que utilizarían en el juicio.

Cuando vio a sus padres entrar para sentarse junto a su abogado, sintió pánico, comenzando a pensar todos posibles rumbos que podría tomar el caso.

Cuando finalmente entró el juez, su corazón se aceleró, no podía creer lo que estaba pasando. Aquel juez no solo era conocido de Park, sino que era amigo bastante íntimo de los padres de Sunghoon.

Ahí fue cuando la respiración del chico comenzó a fallar, su vista se nubló y poco a poco sentía como el aire le hacía falta. Estaba teniendo un ataque de pánico, cosa que no pasó desapercibido para los presentes, ni para el jurado, ni para el juez.

—Señor Park, por favor contrólese.

Escuchó como aquel hombre le hablaba, pero no podía reaccionar. Apenas pudo sujetar su camiseta con fuerza para intentar respirar mejor de aquella manera, sin embargo, seguía sin lograrlo.

—Su señoría, le pido un pequeño momento para hablar y tranquilizar a mi cliente.

—Concedido, cinco minutos.

Así fue como el padre de Riki, el señor Shota, salió de la sala junto con Sunghoon, siendo seguido a su vez por la pareja de este y su hijo.

—Bien, reacciona por favor, ¿Qué te sucede?—Habló el abogado.

—Hoonie por favor, ¿Qué sucede?—Interrogó el rubio.

Sunghoon todavía no se calmaba, cosa que su pareja notó e inmediatamente lo abrazó con fuerza, no sabía que es lo que estaba pensando su amado, solo quería que supiera que él estaba allí y que lo apoyaría en todo lo posible en aquel juicio.

—E-Ese juez... Es amigo de mi familia... Esto está arreglado, por eso mis padres se veían tan tranquilos, ese juez... me va a hundir.

El castaño sentía que el mundo se le venía encima, sin embargo, no todo estaba perdido.