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Lloraba desconsolado en los camerinos un Sunghoon de nueve años después fracasar en su primera competencia como patinador. 

Había quedado en segundo puesto, ¿Qué tenía esto de malo? Que sus padres siempre le habían enseñado que el segundo puesto era el primero de los perdedores, que eran los que no merecían el primer lugar y que por más que se esforzaran nunca llegarían a el.

En ese momento solo esperaba lo peor, que sus padres llegaran y le gritaran completamente decepcionados de su pésimo rendimiento. Pero no pasó, sus padres nunca llegaron.

Aquella tarde, sus padres ni siquiera fueron a verlo a su presentación.

Sunghoon tuvo que devolverse solo a su casa, aquel frío día de invierno donde llovía sin cesar y sin tener un paraguas para cubrirse.

Ese fue el primero de muchos días donde el castaño, a la edad de nueve años, se dio cuenta de que nunca sería lo suficientemente bueno para cumplir con la expectativas que le pondrían sus padres. Ahí se dio cuenta que sus mejores esfuerzos tampoco serían suficientes.

Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora