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Si algo había cambiado desde que había abandonado su hogar, era su forma de ver las cosas. Cuando vivía con sus padres, no tenía la preocupación de elegir si pagar la renta o comer. Para Sunghoon era un lujo comer algo que no fuera ramen instantáneo, por lo que siempre se encerraba en el área de empleados a la hora de comer, en lugar de hacerlo en el comedor de la cafetería como todos lo hacían.

Ese día no era la excepción, pero cuando llegó a la sala de empleados notó como el pelirosa yacía ahí con su comida, como si le esperara.

—¿Qué haces?

—¿No es obvio? Te espero.

Sunghoon sin decir nada, fue hasta su casillero buscando su ramen instantáneo. Con lo que no contaba es que no lo había encontrado y ahí recordó que con lo apurado que había salido de su casa, seguramente no lo había guardado. Maldijo internamente y suspiró guardando su mochila nuevamente.

—¿No comerás?

Sunghoon lo ignoró, estaba decidido a salir a fumar, ya que era su descanso, quizás con eso se olvidaría del hambre que sentía.

—Si quieres puedes comer lo que traje, yo no tengo hambre. Es jjajangmyeon, no sé si te gustará.

Sunghoon quiso negarse, no quería molestarlo, pero lo que le delató fue el sonido que hizo su estómago. Sunoo soltó una risa e insistió, diciendo que lo podrían compartir. A pesar de no querer, Park terminó sentado junto a Kim comiendo ambos del mismo plato, sin embargo con el primer bocado, el castaño comenzó a toser y agitó su mano intentando que le llegara aire.

—Está muy picante, ¿Estás seguro de que es jjajangmyeon?

El más bajo rio asintiendo.

—Sí lo es, solo que a mi me gusta mucho el picante, así que lo condimento.

Y entre risas, sin saberlo, aquel almuerzo compartido no fue solo aquel día, sino que una vez por semana, ambos chicos llevaban algo para compartir, estrechando de a poco el vínculo que formaban.



Through Ice • SunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora