CAPÍTULO 12

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Mei junto a Deidara ya habían logrado descender seis niveles de la mansión, y tal como había dicho el chico rubio; cada piso era mucho más elegante y mas vistoso que el anterior.

Al bajar el último escalón, Mei notó algo que había estado observando desde que ambos emprendieron el descenso hasta el nivel más bajo de la mansión. La arquitectura de cada nivel se hacía más lujosa a medida que iban avanzando, el número de habitaciones aumentaba como también sus comodidades y algo que tampoco pudo pasar por alto fué que al pie de las escaleras de cada piso, la decoración navideña se hacía más lujosa y el árbol de Navidad mucho más grande que el de los pisos superiores.

—Aqui se toman muy en serio la temporada navideña, parece que Lord Madara tuviera una fijación con esa estúpida fiesta... —comentó ella.

Deidara respondió:

—Yo diría que tiene una obsesión con la navidad y todo lo relacionado a ella... Para todos nosotros ese día también es muy importante, ya que toda la familia se reúne en nochebuena y celebramos su cumpleaños mientras cenamos y nos divertimos en una alocada fiesta. ¡Jajaja! Ya es una tradición que disfrutamos entre todos...

—¡Bah! ¡Pero qué tontería! Pues cada quien con sus gustos. —expresó ella con desdén.

La joven pelirroja se acercó al enorme árbol navideño al pie de las escaleras para observar detalladamente los adornos navideños.

—Las esferas son...

—!Esmeraldas, rubíes y zafiros...! Son piedras preciosas en formas de esferas con monturas en oro de 18 kilates... —respondió Deidara.

—¡Wow! El árbol del piso de arriba tenia esferas en cuarzos de diversos colores, Cada árbol tiene accesorios que están avaluados en una fortuna... —dijo ella.

—Asi es, y eso que aún no has visto el último árbol...

—¿Y qué tiene de especial el último árbol...? —preguntó Mei.

—Cuando llegue su momento, lo sabrás... —contestó él.

—¡Entonces hagamos que llegue ese momento! Vayamos pronto al último nivel de la mansión... —pidió ella.

Por el extenso pasillo se movilizaban un par de empleadas, una de ellas entraba a una de las habitaciones con una serie de carpetas en sus manos.

Esas carpetas son parecidas a las que Sasuke nos entregó a cada una de nosotras para llenar nuestros datos y firmar los contratos... —pensó ella.

La otra empleada traía dentro de un cesto de ropa un cambio de sabanas sucias y cortinas.

La mujer mayor de mirada perdida inclinó un poco su cabeza ante ellos.

—¡Señor Deidara, señorita Mei...!

—¿Esa habitación ya está ocupada por alguien...? —preguntó él.

—En unos minutos será ocupada, señor...

Entonces, la fiesta ya ha terminado... —murmuró él.

—¿Qué dijiste? —preguntó Mei.

—Nada. —respondió él  —Gracias, ya puedes retirarte... —le ordenó educadamente el joven rubio a la empleada

—Si, señor... —Inclinando su cabeza una vez más, la mujer de alejó de ellos subiendo las escaleras.

—¿Quién ocupará esa habitación? Si son así de lujosas como las que ya vimos anteriormente, entonces debe haber venido algún miembro de tu familia.
Oye, y después de todo aún no me dicen cuál será mi habitación. —comentó ella.

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora