HAPPY BIRTHDAY LORD MADARA

CAPÍTULO 3

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Ino corría en la caminadora del gimnasio de la mansión mientras que en su mente se hacia conjeturas de todo tipo.

—¡No quiso ayudarme...!  Esa mocosa estúpida es igual de pedante que Sasuke, pero ella se toma atribuciones que no le  corresponden...
Y si... ¿Madara y ella...? No, ella aún es muy joven para el, pero conociéndole como es y los extraños fetiches que tiene es muy probable que también con ella... —El rostro de Ino nuevamente se endureció mientras que los celos la tomaron una vez más. —¡Como esa niña estúpida tenga una relación con Madara, yo sería capaz de hacerle lo peor...!
Sé muy bien diferenciar los juegos sexuales de él y cuando realmente muestra interés por alguien más... Solo estaré aquí hasta la madrugada del 23 de diciembre, pero Madara debe respetarme hasta mi última día en esta mansión...

Ino suspiró con ansiedad y tristeza al ver en su teléfono que ya solo le quedaban cuatro días.

—¡Cinco días por fuera cariño...! Cinco días de tu atención que me has quitado a mí y quién sabe a quién se los estás dedicando en estos momentos...

Ella apagó la caminadora y se fué hasta la habitación donde ella y Madara dormían juntos. Ino se despojó de su ropa sudada y después de ordenar la habitación, fué a darse una ducha. Al salir del baño, ella empezó a buscar ropa en todos los armarios pero se dió cuenta que no tenía absolutamente nada limpio y esto la hizo enojar.

—Me duele mucho todo el cuerpo, pero debe ser todo el ejercicio que he estado haciendo esta semana... Tengo ganas de todo, menos de atenderme a mi misma...

¡NECESITO QUE REGRESEN YA ESAS SIRVIENTAS...! —gritó recogiendo toda su ropa sucia dentro de un cesto para llevarlas a lavar.

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En el cuarto de lavandería, Sakura introducía su ropa sucia dentro de la maquina de lavado cuando escuchó la voz de Sasuke de pregúntale:

—También lavaré mi ropa. ¿Tienes espacio...?

Sakura esbozó una sonrisa al verlo.

—Traela, no hay problema con que se laven juntas... —dijo ella.

Muy cerca de ella, el pelinegro únicamente con una toalla amarrada a su cintura empezó a meter su ropa al tiempo que miraba a la pelirrosa a los ojos.

Sakura lo miró de arriba hacia abajo con ojos de deseo.

—¿Y tu toalla...? ¿La lavarás también...? —preguntó ella.

—Está limpia, apenas la puse en uso anoche... —respondió el.

La joven colocó sus manos en el pecho de Sasuke y lentamente fué deslizándolas hasta su marcado abdomen para luego quitarle la toalla y dejarlo totalmente desnudo ante ella.

—Esta toalla se lavará también... —dijo ella en voz baja mirándole nuevamente su entrepierna.

El pelinegro sonrió colocándo su mano sobre el rostro de ella, acariciándole con su dedo pulgar los labios mientras que ambos se miraban fijamente. Sakura entreabrió su boca para introducir dentro de ella el dedo pulgar de Sasuke, lamiéndolo y succionamándolo de una forma bastante sugestiva.

El pelinegro sonreía mientras que miraba lujuriosamente a la pelirrosa, relamiéndose el labio inferior.

—¿Solo mi dedo...? ¿Por qué no de ese mismo modo aquí abajo...?
Me encanta cuando haces que acabe dentro de tu boca —dijo él mientras que le desataba el nudo de la pijama de seda vino que ella tenía puesta.