Durante la nochebuena, Madara celebrará su cumpleaños llevando a cabo una particular tradición durante la cena de Navidad, así como todos los años.
Sasuke y Sakura son los asistentes personales de Madara y serán ellos quienes se encargarán entre otr...
Belial contaba una muy grande cantidad de dinero obtenido de las ganancias en distintos negocios ilegales en los que participaba tales como, extorsiones, trata de personas, narcotráfico, apuestas ilegales, enriquecimiento ilícito; entre otros actos de corrupción más.
Estos dineros ganados a través de los años los fué lavando y legalizando en otros países gracias a otros negocios limpios en los que también había empezado a invertir. En aquel entonces, ya contaba con una apariencia un poco mayor y sentía que en ese lugar ya había culminado otro ciclo más en su existencia. Prontamente debería iniciar uno nuevo ciclo en otro lugar, usando otra identidad, tratando con otro tipo de personas y adquiriendo otra apariencia física mucho más juvenil y más renovada que la que poseía en ese momento. Ese tipo de cambios era algo que tanto él como cada uno de los Reyes Demonios realizaba cada determinado tiempo desde que empezaron a habitar en la Tierra y a generar influencias sobre ella.
—Lord, Belial... Sé acerca... —Le dió aviso uno de sus guardaespaldas.
—Lo sé, déjala seguir... —le ordenó él pelinegro mientras que dejaba de contar el dinero y encendía un cigarrillo.
Ino entró a la oficina inclinándose sobre el escritorio para saludarlo con un beso en la boca.
—Buenos días, cariño... —le dijo ella.
—¿Qué haces aquí tan temprano? Ahora me reuniré con unos socios, así que ve a casa y espera a que yo llegue por la noche...
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—¡Jajaja! Disculpa por venir aquí de imprevisto, pero escuché los rumores de que habías regresado a la ciudad y quise venir a verte cuanto antes... Te extrañé mucho todas estas semanas, amor mio... —le dijo ella con emoción y voz melosa.
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El pelinegro se colocó de pies y caminó hacia donde ella se encontraba. Medio sentándose sobre el escritorio, Belial la tomó con delicadeza por la cintura abrazándola por la espalda haciendo que ella se recostara en su regazo.
