CAPÍTULO 5

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—Por fin he regresado, Sasuke...

—Bienvenido una vez más a casa, Lord Madara

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—Bienvenido una vez más a casa, Lord Madara... —respondió con notable emoción.

—¿Todo en orden...? —preguntó Madara en voz baja.

—En orden y sin ningún contratiempo.
Todos lo hemos extrañado mucho y... lo están esperando, señor...

El pelinegro mayor le sonrió nuevamente a la vez que entraba a su mansión y a su paso junto a Sasuke, pudo observar a lo lejos a las cuatro jóvenes conversar entre ellas. Mientras que se dirigía hacia las escaleras dijo:

—Iré a tomar un baño y a ponerme presentable para la ocasión, luego de verla a ella; regresaré con ustedes en una hora...

Sasuke asintió dando media vuelta con el fin de regresar a la sala con las demás jóvenes mientras que Madara subía rápidamente las escaleras hasta llegar al tercer piso.

Luego de caminar el extenso pasillo  entró a su habitación observando a Ino desnuda y dormida profundamente mientras que la televisión aún seguía encendida en un canal de videos musicales. Con el control apagó el televisor y después se acercó a ella acariciándole suavemente su larga cabellera dorada.

Madara sonrió mientras que con las puntas de sus dedos rozaba la frente y la cabeza de ella.

Mi niña tonta... Ni siquiera dormida dejas de pensar en ...
Ni en tus sueños dejas de imaginarte escenarios románticos que jamás viviremos, junto a alguien que jamás ha existido ni existirá... —le susurró al oido.

Madara besó suavemente los labios de Ino, cubriendo posteriormente su cuerpo con las sabanas más un grueso edredón de seda color azul. Luego de esto, fué al cuarto de baño para despojarse de toda la ropa que traía puesta y ya estando desnudo, salió de la habitación a pasos serenos pero firmes; avanzando hacia otra de las habitaciones.

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Después de haberle llevado a Ino una infusión con un fuerte somnífero preparado por ella misma con el fin de que durmiera toda la noche, Sakura dentro de una tina se daba un relajante baño de espumas mientras que bebía una espumosa y fria copa de champagne; al tiempo que disfrutaba de la música que se escuchaba en toda la mansión.

De un momento a otro y sin girar su mirada, ella sonrió al sentir una presencia dentro de su habitación que poco a poco se acercaba a su cuarto de baño.

—Sabía que vendrías a mí... —dijo ella.

—Tenía que verte antes de bajar con ellas...

—Y no esperaba menos de ti... —respondió ella. —Dime ¿Cómo te fué allá...? —preguntó también.

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora