CAPÍTULO 53

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Al tiempo que Ino lloraba desconsoladamente sintiéndose culpable por el trágico final de la vida de su pequeño bebé, Deidara continuó relatando su experiencia después de la muerte:

—Mi mente también quedó en total oscuridad mientras que ya no percibía dolor en mi pequeño cuerpo. Abrí mis ojos y vi tu alma flotando vagamente por el mismo lugar donde yo me encontraba, no requerí de mucho para comprender que al igual que yo; tu alma también se había desencarnado de su cuerpo físico.

Como si hubieses visto una libélula volando cerca de tí, me sonreiste reconociendo inmediatamente quién era yo...

(Flashback)

—¿Deidara...? ¿Qué haces aquí sólito, mi pequeño rayito de sol...? ¡Jajaja! —me dijiste.

Observé tu comportamiento y al ver que no te sorprendió verme allí ni tampoco parecías darte cuenta en qué lugar nos encontrábamos, deduje que no solamente ignorabas que habías muerto en tu vida terrenal; sino que también estabas comenzando a perder la conexión de tus memorias con tu actual estado.

Viste hacía el camino que teníamos frente a nosotros y dijiste:

—Debemos irnos, bebé...

—¿A dónde quieres ir realmente...? —te pregunté

Mirabas a todos lados pero a la vez a ninguno mientras que pensabas en tu respuesta.

A casa... Vayamos a casa a buscar a papá ¿Te parece? —Me preguntaste.

Extendí mi pequeña mano hacía ti y tú me ofreciste tu dedo para que yo lo sostuviera.

Vayamos a buscar a papá entonces...  —te dije.

Trataste de llevarme por ese camino que creíste correcto, pero yo tiré de tu dedo diciéndote:

Aquí no pertenecemos, Ino... Es por acá...

Te veias tan etérea pero a la vez yo podía tocar tu mano que aún se sentía muy cálida

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Te veias tan etérea pero a la vez yo podía tocar tu mano que aún se sentía muy cálida. Aceptaste venir conmigo aunque claramente se notaba que no sabías a donde ir, a diferencia mía que si conocía el camino a nuestro verdadero hogar.

A medida que nos íbamos alejando de nuestro punto de encuentro, la nieve se hacía cada vez más espesa y el frío cada vez era más intenso. De este modo fué que confirmé que íbamos por el camino correcto.

Hoy finalmente conocerás a papá, Deidara... —me dijiste

Yo ya conozco a papá, Ino...

Luego de un rato, volviste a decir:

Estoy tal feliz de que volvamos a casa y conozcas a papá... 
Sé llama Belial y es un Rey Demonio muy poderoso, así que por respeto tendremos que llamarlo Lord Belial. ¿Lo has escuchado, bebé?

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora