CAPÍTULO 33

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—No... No puedo más... Mis pies están quemados y... tengo mucha sed... —decía Mei con voy agitada al tiempo que yacia sobre las escaleras que la llevarían al nivel superior

La pelirroja había logrado escapar del centauro que la atacó constantes veces en el nivel anterior, pero esto no quería decir que haya salido ilesa; pues en muchas ocasiones tuvo de hacer altos para retirar las flechas encendidas que chamuscaron distintas partes de su cuerpo.
Agotada, herida y deshidratada; Mei se tumbó sobre los escalones a descansar durante un par de horas para así recuperar algo de energía y subir al siguiente nivel de la mansión, que lo más probable era que también le trajese una muy dura prueba.

Mei se levantó nuevamente y subió las escaleras hasta alcanzar el nivel superior. Al llegar al pasillo, vió que en medio de este había un baúl muy grande lleno de dinero; pero que al final del corredor otra mujer también había aparecido.
Desde sus extremos e inmóviles, ambas se miraban tratando de descifrar cuál sería el proximo movimiento de la otra; Mei dió un paso al frente y aquella mujer la imitó avanzando un paso también. Mei dió varios pasos deteniéndose en el acto al ver que la otra mujer había hecho exactamente lo mismo.
Ahora ya estando un poco más cerca, la pelirroja frunció su entrecejo al poder mirar mejor a la mujer del otro extremo que tenía heridas por distintas partes de su cuerpo como también múltiples ampollas y quemaduras mientras que sostenía algunas carpetas oscuras en sus manos.

—Esa mujer... ¡¡Soy yo misma...!! —dijeron ambas en voz alta mientras y voz agitada mientras que se miraban impresionadas

Las dos comenzaron a correr hacia el frente y a medida que avanzaban, el baúl con dinero ubicado frente a ellas iba aumentando considerablemente de tamaño haciendo que la visibilidad entre ellas fuera imposible

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Las dos comenzaron a correr hacia el frente y a medida que avanzaban, el baúl con dinero ubicado frente a ellas iba aumentando considerablemente de tamaño haciendo que la visibilidad entre ellas fuera imposible.

Ambas abrazaron con firmeza los documentos que llevaban en sus manos y con sus hombros embistieron el pesado baúl que ya había crecido tanto habiendo imposible el paso al otro extremo del pasillo.

—¡Voy a derrotarte...! Tú solo eres una estúpida ilusión óptica de este lugar infernal... —dijo Mei, al tiempo que ejercía fuerza sobre el baúl

—¿Yo una ilusión óptica? ¡No me hagas reír! No pienso dejarme envolvente en los espejismos de estos demonios. Te derrotaré y seguiré mi camino para huir de este horrible lugar. ¡No correré la misma suerte de todas estas infelices!
—dijo la otra Mei mientras que también  empujaba con su hombro el otro lado del baúl

—Entonces, que gane la verdadera...

—Si, que gane la verdadera Mei de las dos...

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—Me divertí mucho contigo, Obito... —dijo Temari luego de abrir la puerta de su apartamento.

—Yo también me divertí mucho a tu lado, Temari... —respondió él en voz baja mirándola a los ojos.

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora