HAPPY BIRTHDAY LORD MADARA

CAPÍTULO 16

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Temari regresó del baño por segunda vez luego de haberse despertado con los mismos síntomas que Hinata ya estaba presentando en esos momentos dentro de su habitación.

—Creo que comer y beber tanto ayer me ha caído fatal, pero aún así siento que muero de hambre... Claro, y cómo no voy a sentir hambre si he estado expulsando todo lo que... !Ay, no...! Aquí voy de nuevo... —Temari corrió nuevamente al retrete mientras que la sensación de náuseas hacían lo suyo.

Luego de una ducha, la rubia se colocó la ropa con la que se iría de la mansión; pero su cuerpo estaba tan debil que volvió a tumbarse sobre la cama para tratar de recuperar el aliento

Desde que despertó por la mañana,  Temari comenzó a sentirse extraña. No sólo las náuseas, la debilidad y el estómago distendido que cada vez le dolía más; también sentía una molestia en su garganta que no le permitía deglutir fácilmente y también empezaba a dificultarle respirar de manera normal.

—Debe ser que he contraído algún virus gripal... Si, debe ser eso, es algo muy común para estas épocas... —pensaba.

Temari abrazó una almohada mientras que miraba la maleta metálica con los diez millones de dólares.

—Con ese dinero voy a promocionar mi carrera musical yo misma.
Nunca más alguien volverá a tratarme como una insignificante cantante de quinta... ¡Yo soy una estrella! Tengo un talento innato, una voz como la de los mismos ángeles, soy hermosa, sexy y podría decirse que muy afortunada. —dijo en voz alta. —Solo que tengo un pequeño secreto ¡Jajaja!  Bueno, no es algo de lo que me enorgullezca; pero no puedo negar que lo disfruto mucho cuando lo hago... Por suerte, esos imbéciles de Kankuro y de Gaara jamás podrán decir nada...¡Jajajaja! —pensó después

Debido a una crisis de tos, Temari se levantó nuevamente de la cama al sentir que el aire le faltaba. Su área del abdomen cada vez le hacía más presión y la dificultad para tragar aumentaba cada vez; aun así la sensación de hambre parecía no abandonarla tampoco. 

Ella caminó hacia su maleta sonrió luego de agarrar en sus manos el cuchillo junto con el tenedor.

—Sasuke, me pregunto si algún día volveré a verte de nuevo...
Bueno, creo que eso ya no importa... La pasamos bien, te di lo que deseabas y tu me diste lo que yo quería... Me diste todo, menos comida... ¡Jajajajaja! —Temari guardó el cuchillo y el tenedor en el bolsillo trasero de sus pantalones. —Es hora de salir para alimentarme entonces... —murmuró.

La rubia salió de su habitación, al cerrar la puerta y mirar a su alrededor su cara mostraba extrañeza al ver el pasillo era muy distinto a como ella lo había visto; luego de que ambos hubieran recorrido por allí la noche anterior.

—Pero ¿Qué rayos es esto? ¿Acaso Sasuke me está tomando del pelo...?
¡Este pasillo es enorme! —pensó —¿Cuántas habitaciones hay aqui? !Voy a tardar una eternidad en llegar a las escaleras...! —dijo en voz alta mientras que empezaba a avanzar.

Aquel piso parecía haber multiplicado su tamaño, lo que lo hacía ver tan extenso que parecía no tener fin.
Por el camino, los síntomas que la aquejaban volvieron a aparecer.
La chica rubia se detuvo unos segundos apoyando su mano contra la pared mientras que las náuseas y la presión en su estómago cada vez se hacían más intensas.

—¡Ayuda...! ¡Necesito que alguien me ayude...! —pedía en voz alta, pero nadie respondió.

Con otro ataque de tos, Temari iba abriendo cada una de las puertas de las lujosas habitaciones con el fin de encontrar a alguien de la familia o tal vez algún trabajador que la socorriera; pero ninguno respondió a sus llamados.
Luego de avanzar varios metros, la rubia llegó a la conclusión de que estaba sola en todo ese nivel de la mansión.