CAPÍTULO 23

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Llevando a rastras su maleta metálica, Temari subió las escalera dejando huellas por la sangre que corría de por el interior de sus piernas hasta los pies.

Con las pocas fuerzas que aún le quedaban, la rubia caminaba por el pasillo tocando cada una de las puertas con el fin de encontrar aún a alguna otra de las chichas que habían ido como  aspirantes a compañera temporal. 

—Ayuda... Ayuda, por favor... —decía mientras que llamaba desesperadamente en cada puerta

Aunque aquel pasillo también era extenso y contaba con muchas puertas, no era tan grande como el del nivel de mas abajo; lugar donde ella había sido hospedada y posteriormente lugar donde había tenido un doloroso parto.

Después de llamar en varias puertas sin obtener respuesta, finalmente llegó a una donde se escuchaba música en un volumen muy alto; casualmente eram canciones del ultimo álbum que Temari había lanzado hacía algunos meses antes de la desaparición de su manager Gaara y que eran todo un éxito en la radio. En su desespero, la rubia tocaba la puerta insistentemente mientras que pedía ayuda

—¡Auxilio! necesito ayuda, por favor... ¡Ayudaaa...!

Llorando y gritando, Temari se sentó en el suelo golpeando la puerta con su palma abierta

Algunos minutos después y sin la menor prisa, la puerta fué abierta por una de las chicas que la observó tirada en el suelo llorando y con sus pantalones manchados de sangre.

—¿Temari...?

La rubia miró hacia arriba.

—Hinata... Hinata, ayúdame por favor... No quiero morir, no quiero morir, te lo suplico... —le pedía con voz quebrada.

A diferencia de lo que esperaba Temari, la reacción de la pelinegra después de verla en ese estado fué bastante serena, sin mostrar alguna señal de impresión.

—Si, claro... Ven y entra a mi habitación para ayudarte... Pero ¿Qué te ha ocurrido? —le preguntó Hinata

 Pero ¿Qué te ha ocurrido? —le preguntó Hinata

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—¡Algo horribleee...! Me sucedió algo horrible. —respondió Temari en medio del llanto.

Hinata se agachó y le ayudó a levantarse del suelo para después hacerla seguir a su habitación y recostarla sobre su cama

—Pero ¿Qué paso?¿Por qué estás en ese estado tan... terrible? —le preguntó la pelinegra.

—Si te lo digo, es muy probable que no me lo creas; pero te juro que es la verdad... Tenemos que huir de este espantoso lugar, Hinata...

—¿Huir...? Pero ¿Por qué huir? Sé muy bien que las chicas que no fuimos seleccionadas por Lord Madara debemos abandonar hoy la mansión  pero aquí nadie nos está echando a la calle. Hasta estamos invitadas a la cena de esta noche antes de irnos...

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora