CAPÍTULO 56

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En el presente...

Ino abrió los ojos en la oscuridad de su habitación después de haber dormido un par de horas, luego de que Belial haya borrado de su mente todos los recuerdos referentes a Deidara y a su maternidad.

La rubia encendió la luz de la lámpara y continuó recostada sobre la cama con los ojos cerrados, al tiempo que pensaba en todo lo que le había ocurrido hasta el momento de su muerte.
Belial había reescrito en su memoria otra historia en la que ella había tenido una vida demasiado solitaria luego de que él se marcho marchó de su ciudad tras haberle dicho que realmente era un demonio.
En su mente, Ino recuerda haber caído en una profunda depresión, y al no volver a saber de la única persona que le había demostrado afecto; ella trató de muchas formas de volver a encontrarlo, hasta que conoció a Asmodeus quien le habló de una forma en la que ella podría volver a verlo pero que tendría que llegar hasta su morada por sus propios medios.

Bajo las indicaciones de Asmodeus, Ino condujo hacia el país vecino, pero su destino final era llegar a la capital en donde se encontraba la fachada de la  sede principal de la Organización Uchiha; lugar donde se hallaba el portal que comunicaba la Tierra con el plano infernal y que tenía como entrada una enorme y lujosa mansión muy antigua.

Ino recuerda que condujo durante horas consecutivas hasta cruzar la frontera, luego comenzó a sentirse tan cansada al punto que tuvo un microsueño y minutos después sufrió aquel fatal accidente en donde perdió su vida.
Al otro lado de la carretera y dentro de su vehículo, Ino recuerda haber visto su propia muerte observando su cuerpo físico consumirse por las llamas; luego aceleró su vehículo y continuó su camino con rumbo hacía la capital.

La rubia sonrió en aquel instante al comprender que para llegar al plano donde se encontraba Belial, ella debía dejar atrás su vida anterior y su cuerpo físico. Ino no sólo no recordó nunca mas a Deidara como su hijo, de su memoria también fué borrada su querida prima Tenten como la única persona de su familia que siempre la quiso realmente, así que ya nada ni nadie la ataba al mundo de los vivos.

Para renacer y entender mi verdadero propósito, debía morir en la Tierra y dejar mi vida pasada atrás... —pensó

Ino abrió sus ojos mirando nuevamente toda la habitación.

—Debía morir en la Tierra y dejar mi vida pasada atrás para entender mi verdadero propósito... —repitió en voz alta.

Ella se levantó rápidamente de la cama y caminó hasta el baño abriendo el grifo de agua caliente y fría para que se llenara su bañera. La rubia comenzó a quitarse algunas las joyas que tenía encima cuando sintió tener hambre en ese momento.

—¡Jah! Quién diría que los desencarnados también sentimos hambre. ¡Jajaja! —expresó al tiempo que caminaba hacia la puerta.—Probablemente haya algún empleado que pueda traerme algo, sino pues yo misma iré hasta la la cocina y buscaré algo para comer. El problema es que no se dónde queda el área de cocina en este lugar y...

Al abrir la puerta, la rubia se sorprendió al ver que había alguien frente a la puerta

—Beel...  ¡Lord Belial...! —dijo con impresión.

—¿A dónde crees que vas...? —le preguntó él seriamente

Ino lo miraba con nerviosismo y confusión

—Bueno, pues yo... Yo iba a... iba...

—¡Entra...! —le ordenó él

Sin dejar que ella reaccionara o le respondiera, Belial la tomó por los brazos y cerró la puerta de la habitación. Ino comenzó a caminar hacia atrás al ver su conducta agresiva.

HAPPY BIRTHDAY LORD MADARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora