Durante la nochebuena, Madara celebrará su cumpleaños llevando a cabo una particular tradición durante la cena de Navidad, así como todos los años.
Sasuke y Sakura son los asistentes personales de Madara y serán ellos quienes se encargarán entre otr...
Tsunade apagaba la colilla de su cigarrillo dentro del cenicero cuando Temari volvió del baño, y después de pasar a la barra por un coctel; se sentó a su lado al tiempo que le daba un pequeño sorbo.
—¿Ya te sientes mejor...? —le preguntó la rubia.
—Si, volví lista para atacar... ¡Jajaja...! Ten por seguro que hoy Sasuke saciará mi apetito sexual... —dijo Temari.
Tsunade esbozó una sonrisa.
—Te lo comerás en todo el sentido de la palabra... —comentó ella.
—¡Lo devoraré...! Si no quedó elegida, por lo menos quiero llevarme ese gusto... —dijo la rubia cantante mirando al joven pelinegro.
Tsunade al igual que ella pudieron ver que luego de bailar, Sasuke y Hinata fueron hasta la barra y mientras servían sus bebidas; él cargó a la joven sobre la barra y luego se ubicó entre sus piernas mientras que hablaban y se tocaban ya con mucha confianza. Sasuke giró su rostro para mirar a Temari y ambos se sonrieron.
—Pero parece que alguien ya se te adelantó, Temari... —murmuró Tsunade a su oído.
—No te preocupes por eso, que yo sufro es de hambre, no de celos... ¡Jajajaja! —dijo Temari.
—¡Jajajaja...!
Tsunade y ella se reían a carcajadas.
Temari también miró hacia donde Madara se encontraba bailando junto a Mei mientras que él la abrazaba.
—Parece que también a ti se te adelantaron con Lord Madara... —le comentó la joven cantante.
—¡Jajajaja! Y yo sufro por dinero, no por celos... —respondió la voluptuosa rubia.
Las dos rieron una vez más, Temari bebió otro poco de su coctel diciendole en voz baja:
—Ten cuidado con esa mujer y no la pierdas de vista...
—¿Qué dices...? —preguntó Tsunade confundida.
Temari se puso de pies
—Tú solo hazme caso... Y te deseo suerte con Lord Madara... —dicho esto, la joven cantante se fué en dirección a la barra, donde Sasuke y Hinata se encontraban conversando.
Tsunade miró nuevamente hacia donde Mei y Madara se encontraban bailando, y aunque lo hacían de una manera que ya casi rayaba en lo inmoral; a la rubia parecía solo preocuparle las palabras que Temari le había dicho hace algunos minutos.
□ □
—Pero Sasuke... ¿Seguro que no habrá ningún inconveniente...? —preguntó Hinata.
—Te dije que no hay ningún problema... Vamos, te ayudaré a subir... —Sasuke sujetó a la pelinegra con firmeza de su cintura y la sentó sobre la barra.
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