47. La llegada de Potter

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Faltaban 4 o 5 días para la boda.
Las vacaciones iban mejor de lo que me esperaba, no sé si es porque están aquí Fleur, Bill y él recientemente llegado Charlie pero mamá no me está haciendo comentarios pasivo-agresivos y con mis hermanos podemos tener una conversación donde nos reímos y no estamos discutiendo todo el rato.

Hoy iban a por Harry a la casa de sus tíos, tenían planeado utilizar poción multijugos para despistar si llegaban a localizarlos pero la verdad es que esto no me daba buena espina.

Me desperté cuando los rayos del sol chocaron con mis ojos a las 11:00 am, fui al baño y me lavé el rostro y los dientes, me hice una cola de caballo bastante mal hecha y aún en pijama baje al salón.

Por la casa Charlie iba de un lado a otro, Bill ayudaba a mamá a preparar el desayuno y Fleur estaba sentada hablando con Ron y los gemelos en la sala de estar.

Fui donde estaban la rubia y mis hermanos y prácticamente me dejé caer bruscamente en un sillón individual.

—¿Estás nerviosa por la boda? —la pregunta de Ron me hizo interesarme en la conversación y aún medio dormida mire a la chica

—Mentiria si digo que no. Pero son nervios porque quiero que salga todo bien, no porque dude de querer hacerlo —la tierna respuesta de Fleur hizo que todos soltaramos un “Aww” seguido de varias risas

—Siento que es normal, me encantaría casarme algún día —comenté más bien imaginándome algún día ese momento y una sonrisa tonta se instaló en mis labios

—Mientras escojas bien... —la indirecta de Fred hizo reír a todos menos a mí que le lancé una mala mirada y me levanté para ir a comer algo

La cocina olía a tortitas y frutas y carcajadas se escuchaban cuando Charlie tropezó y la harina sobre la mesa voló hacia su rostro.
Me senté sobre la encimera y metí el dedo en la mezcla de las tortitas ganándome un leve regaño de mi madre y que Bill me cargara como una princesa y saliera conmigo corriendo hacía el jardín.

Entre carcajadas y vueltas ambos acabamos en el césped, y en ese momento Tonks apareció junto a Lupin ambos agarrados de la mano con una sonrisa.

Bill y yo nos levantamos del suelo y los saludamos con un abrazo para luego entrar junto a ellos a la madriguera.

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—Alexandra avisa a tu hermana para que baje a comer

Me levanté de la mesa y fui escaleras arriba hasta el cuarto de Ginny.
Sin llamar abrí la puerta y la niña seguía dormida, me acerqué y le quité las sábanas de un tirón ganandome un gruñido de su parte.

—Ginny arriba, es la hora de comer

—Dejame... —se quejó dándose media vuelta haciendo que rodara los ojos

—No seas vaga, venga vamos —me acerqué a ella y tiré de su brazo tirándola de la cama

—¡Ay! —gritó tan fuerte que me tuve que tapar los oídos

—¡Niñas! —el grito de Molly me hizo saber que también se había escuchado en la cocina y solo pude ayudarla a levantarse del suelo

—Venga ya, no fue para tanto

—Que idiota eres, enserio...

Sin escuchar nada más salí de allí y volví a bajar.
Me senté en mi sitio a un lado de Ron y comencé a comer mientras Tonks y Remus nos hablaban de su compromiso y sobre el plan para esta noche.

Cuando terminé de comer me senté en el sofá y pronto llegaron mis hermanos, Fleur y Tonks. Se sentaron en círculo y comenzamos a contar chismes de Hogwarts, historias graciosas e incidentes. Cómo cuando Fred se cayó en medio del pasillo porque iba empapado en barro.

—¡Os lo juró, fue el momento más vergonzoso de mi vida! —Fred contaba mientras los demás no podíamos con la risa

—Lo pero es que todos lo vieron, lo llamaron “El Chico de Barro” toda una semana... —George metió cizaña haciendo que su gemelo se pusiera completamente rojo y a los demás nos faltase el aire de reír

—Tambien cuando Ron casi se pelea con uno de los Riddle —Ginny soltó ese comentario y los gemelos contaron con más detalle a los mayores que estaban impactados ante la situación

Pero por mi parte tragué grueso al recordar aquél día... Fue mi primera vez con Mattheo, en un aula vacía, después de que casi le parte la cara a mí mellizo.

Todo muy normal...

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Cuando llegó el momento de ir por Harry las únicas que nos quedamos en casa fuimos Molly, mi hermana y yo.
Nos despedimos de todos y los nervios aumentaban con el pasar del tiempo.

—¿Van a estar bien?

Ginny y yo estábamos solas en la sala de estar, y después de un silencio ella soltó esa pregunta que me hizo mirarla con algo de pena.

—Si, van a estar muy bien, son los mejores en esto y han preparado mucho el plan —aunque sabía que había posibilidad de que todo se fuera al traste decidí ser positiva porque no quería preocupar a mí hermana menor

—Eso espero... —me sentí tan mal al verla tan genuinamente preocupada que me acerqué a ella y la envolví en mis brazos

Estuvimos así bastante rato, yo cada vez estaba más desesperada y Ginny estaba prácticamente dormida sobre mi como un bebé.
Cuándo escuchamos un ruido fuera la mejor se despertó y yo me levanté del sillón para salir rápidamente a la puerta.

Hagrid llegaba con el que supongo era Harry. Al ver que pasaban los minutos y su físico no cambiaba deduci que era el verdadero San Potter y, sin poder evitarlo, rodé los ojos cuando pasó a mi lado.

Mientras miraba hacia la puerta de la madriguera un ruido a mis espaldas me hizo girarme alarmada.

Remus estaba sujetando a alguien con el físico de Potter, pero una de sus orejas sangraba sin parar.
Me quedé estática sin saber quién era pero a los segundos una cabellera pelirroja se empezó a ver y sentí mi corazón dar un vuelco.

Corrí hacia ellos, sabiendo que era alguno de mis hermanos pero con un pánico inexplicable por qué fuera Ron.
Puse su brazo por mi hombro y Lupin y yo comenzamos a llevarlo hacia la madriguera.

Cuando la poción dejó de hacer efecto supe que era George y no puede evitar las lágrimas que amenazaban con salir cristalizando mis ojos.
Lo dejamos sobre el sillón y mamá acudió de inmediato a su lado mientras yo lo miraba impactada.

Remus chocó a Harry contra una de las paredes y le hizo una pregunta que supongo solo ellos sabrían la respuesta.
El castaño respondió al parecer bien y el mayor lo soltó.
Volví a mirar a mí hermano y una lágrima solitaria corrió por mi mejilla al verlo al parecer dormido.

Me arrodille a su lado y agarré su mano, sintiendo un miedo que nunca antes había sentido. Sentía pánico a que le pasara algo a mí hermano, y yo que pensaba que tampoco los quería tanto, me di cuenta de que los quería más de lo que admitiría.

Mi mano temblaba y escuchaba como las personas seguían llegando fuera de la madriguera.
Escuché a alguien correr hacia dentro y por la puerta vi entrar a Fred seguido de papá.

Me hice a un lado para que Fred se pusiera a su lado y Fleur me ayudó a ponerme de pié. Miraba la escena sin poder contener las lágrimas.

Por primera vez en años había temido por la vida de mi familia. Pero cuando vi a George así el corazón dejo de latirme.
Las manos seguían temblandome y después de un rato ya estábamos todos aquí.

Bueno, casi todos...

Ojoloco había muerto...

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MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora