MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE

74. ¿Me quieres?

☆|☆

Me despierto entre la sabanas de mi habitación, en la mansión Malfoy.
Me levanto lentamente en un intento de no marearme y voy hacia el baño para asearme. Hago mis necesidades, me ducho y me lavo los dientes.

Al salir me pongo un vestido negro un poco suelto, que hace que mi barriga se note bastante.
Al salir de la habitación me siento un poco rara, debería estar en Hogwarts, no en casa de los Malfoy sin Draco.
Al bajar las escaleras camino hasta la sala de estar, no hay nadie como de costumbre, solo una carta sobre la mesa de centro, acompañada por una preciosa rosa negra.

“Iré a verte en la tarde, prepárate porque te voy a llevar a un lugar.
También tenemos que hablar, quiero proponerte algo.”

Para mí sorpresa está firmado como: “T.R”.
Tom suele ser bastante discreto con sus mensajes y cartas así que me sorprende que esté aquí sobre la mesa, donde la puede agarrar cualquiera.

Mientras busco algo de comer escucho la puerta de una habitación abrirse y cerrarse consecutivamente. Salgo a ver con un bowl de fresas en la mano y veo a Draco bajar con rapidez.

—¡Estás aquí, no te encontraba por ningún lado, Mattheo me dijo que no volverías y lo golpee! ¡Pero porque me asusté, pensé que te hizo algo y luego Tom- —dice con rapidez llegando a mí lado

—Espera, ¿Qué? —lo corto al escucharlo— ¿Golpeaste a Mattheo, Draco?

Abro los ojos ante la información y él solo bufa con cansancio.

—Le pregunté por ti y me dijo que no volverías a Hogwarts, cuando le pregunté porque no me lo quiso decir así que pensé que te había hecho algo y lo golpeé sin pensar

Me quedo atónita ante sus palabras pero a la vez me causa algo de diversión, parece que Draco se preocupa realmente por mi.

—Ashh, Draco...

Me sigue el juego con una risa y me abraza, luego agacha la cabeza y le da un besito a mí abdomen.
Quién nos diría hace unos años que estaría viviendo con los Malfoy, embarazada adolescente de un Riddle y con Draco queriendo a ese bebé como suyo... Quién lo diría...

·♪☆|☆♪·

Salgo del baño para empezar a prepararme. Me seco el cabello, me maquillo y termino decidiendome por un vestido verde esmeralda con escote palabra de honor que me quedaba 3 dedos por encima de la rodilla, el abdomen es notorio pero no es algo exagerado así qué el vestido no quedaba tan mal como esperaba.

Me coloco unos zapatos de tacón no muy altos negros y los accesorios los elijo en plata. Para ser más específicos el colgante con la esmeralda en el centro que Tom me regaló hace tiempo, los aretes cuelgan con ligera pesadez de mis orejas y las pulseras y anillos en mis manos me dan un toque mas elegante.

Bajo las escaleras con curiosidad, no se que planea Tom pero es cuánto menos extraño. Realmente nunca se sabe que piensa ese chico, es como un muro de hielo...

Al llegar a la sala no se me ocurre nada para matar el tiempo, así que solo me quedo ahí parada de forma idiota esperando que algo pase.

Y eso es exactamente lo que sucede...

Unas manos de posan en mis hombros y bajan con suaves toques por mis brazos. Un escalofrío me hace estremecerme al notar la repentina aparición de alguien a mis espaldas.
Diría que puedo sentir su calidez, pero no, lo que siento es su frío tacto, su distante pero a la vez necesitada presencia. Lo que siento es a Tom Riddle.