Alexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...
Estaba en el gran comedor cuando el correo comenzó a llegar, para mí sorpresa mi familia me había mandado un vociferador, sabía que no era nada bueno así que me disculpé y salí de allí a paso apresurado.
Me metí en el baño de chicas y lo abrí, al instante la voz de mi madre se hizo presente.
-"Alexandra, nos ha llegado la noticia de que tu profesora de DCAO te impuso un castigo, tu padre y yo estamos muy decepcionados de ti, también nos han dicho que estás bastante distraída en las clases, lo que supongo es por cierto chico del que tus hermanos me han hablado. Si sigues con este comportamiento no dudes que voy ha hacer todo lo posible para que salgas de ese colegio y te mandaré a un internado. Mejora tus notas, no estás a la altura"- la voz de mi madre se hizo presente y una enorme frustración inundó mi mente.
Por instinto mire mi mano, la cicatriz del castigo era muy notoria. Me molestó que mis hermanos le hablarán de Dean pero me molestó más que me exigieran mejores notas cuando Ron ni siquiera aprobaba y yo siempre tenía las mejores calificaciones del curso.
El sentimiento me inundó y comencé a llorar, me dejé caer en el suelo y puse mi cabeza entre mis piernas, odiaba mi vida, odiaba a mí familia, y sentía que poco a poco mi corazón iba quedándose sin fuerzas ni razones para latir.
Tenía una vida de mierda, hace ya un tiempo que me había undido en la desesperación de no saber que más hacer para mantener a todos contentos, si no hubiese sido por Draco no se qué hubiera sido de mí, el era el que siempre había estado para mí, pero había alguien más...
Sin Tom, yo ya no estaria viva, a Draco yo le confío muchas cosas pero a Tom le cuento mis secretos más oscuros, mis pensamientos más autodestructivos y con el es con el único que lloro desahogandome sinceramente, con las palabras sin censura sabiendo que nada de lo que le diga le va ha asustar, yo le digo mi deseo más sincero y profundo de morir y el solo me dedica palabras cargadas de verdad y pone su hombro para que llore.
A Tom le debo mi vida, y a Tom le debo mi más sincera lealtad...
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Después de perderme las clases por estar llorando en el baño salí y caminé por los pasillos, mis ojos estaban rojos y mi pelo estaba recogido en una trenza, lo cual era extraño porque no me gustaba que me vieran con el pelo entero recogido, pero eso ahora me daba igual.
Estaba enojada, buscaba a mis queridos hermanos, no entiendo porque tenían que hablarle de Dean a mamá, ¿Quienes se creen? Encontré a los gemelos y solo con mirarme vinieron hacia mí.
-¿Qué pasa Alexa?- dijo Fred intentando tocar mi brazo pero me aparté.
-¿Estás bien?- pregunto ahora George y yo agaché la cabeza.
-¿Quienes os creéis? No sois nadie para contarle una mierda de mi a Molly- dije molesta y ellos fruncieron el ceño.
