MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE

44.Las miradas de ambos

Bajé a desayunar sin ningún tipo de ganas. Las vacaciones se acercaban y mi humor estaba por el suelo.
El fin de este curso significaba pasar casi tres meses en casa, con mi madre haciendo comentarios incómodos y mis hermanos lanzando indirectas sobre mi relación con Mattheo. La cuál no saben que terminó hace meses.

Sin querer darle más vueltas al asunto entré por el comedor, el alboroto que los alumnos hacían causó una gran expresión de molestia en mi. Nunca entenderé porque la gente tiene que hacer tanto ruido a la hora de comer, y menos a las 9:00 de la mañana.

Me senté en un sitio entre Mattheo y Draco, con un beso en la mejilla saludé a mí mejor amigo y posicioné levemente mi cuerpo hacia la izquierda donde estaba Malfoy. Haciendo que mi espalda quedará de cierta forma hacia Mattheo.

—Nunca entenderé porque tienen que poner las clases tan temprano, ¿cuál es su finalidad, matarnos del cansancio?

Theo llegó quejándose y prácticamente se tiró hacia el sitio a un lado de Blaise, haciendo que el moreno lo mirara con indignación.
Básicamente, todos estábamos de mal humor, algo habitual en las primeras dos horas después de despertarnos.

—Estoy contigo Nott, ¿Qué más les dará que las clases sean mas tarde? —La voz adormilada de Pansy se hizo presente frente a mí, a un lado del mencionado

—¿Podéis dejar de quejaros? Me vais a amargar desde primera hora de la mañana —Enzo se quejó mientras mordía una de las tostadas sobre su plato, aunque me hizo gracia que hablara sin abrir sus ojos, medio dormido

Todos nos callamos al escucharlo quejarse y Mattheo no aguanto la risa cuando vio la cara que tenía Berkshire.
Su risa causó que el antes mencionado abriera los ojos para sola y exclusivamente tirarle un trozo de tostada a la cara al castaño.
Haciendo que el desayuno terminara en una guerra de comida en la mesa de Slytherin y, Mattheo, Lorenzo y Blaise acabaron en dirección con un castigo, a causa de “Alterar el orden del Gran Comedor”.

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Cuando las clases acabaron todos parecimos estar exhaustos, salí de la clase de pociones junto a Tom, hablando de las tareas y trabajos finales.
Cuando nos fuimos acercando a la sala común de Slytherin escuchamos a un par de personas hablar en voz baja, justo en uno de los pasillos poco transcurridos.

Ambos intercambiamos miradas de curiosidad pero cuando decidimos seguir de largo escuchamos una voz bastante familiar.

—No quiero problemas...

La voz de Daphne hizo que Riddle y yo nos acercáramos de inmediato a una esquina para espiar disimuladamente.
La rubia estaba apoyando su espalda en la pared y se cruzada de brazos mientras... Mattheo? Estaba frente a ella, bastante cerca, hablando de algo al parecer serio.

—No son problemas, no tiene porque importarle —El castaño defendió su postura y ella simplemente agachó la cabeza

—Sinceramente no se qué decirte, yo creo que no se lo tomaría nada bien. Ya tuve problemas con ella y no quiero volver a cagarla, Riddle —Daphne parecía estar evitando alguna situación que le causaría problemas con alguien...

Tom me miró con confusión e instintivamente yo me encogí de hombros indicandole que no tenía la menor idea de lo que trataba la conversación. Cuando vimos que tenían la intención de ir hacia la sala común faltaron segundos para que ambos saliéramos espantados hacia la sala común.

Prácticamente tirandonos en el primer sillón que vimos libre, para disimular como pudimos.
Minutos después ellos entraron en silencio y se sentaron en el sillón frente a nosotros, intercambiaron una mirada que no supe descifrar y actuaron como si nada.