17. La cabaña

6.6K 353 3
                                    

Al día siguiente Tom y yo nos preparamos y nos aparecimos en mitad de un bosque.
Al llegar, Tom comenzó a caminar hacia el frente y yo lo seguí a paso apresurado.

-¿Y si no está aquí?- dije con nerviosismo.

-Va a estar aquí Lexi- aseguró Tom con confianza.

Unos pasos más adelante una cabaña bastante bonita apareció en nuestro camino. No era grande pero tampoco tan pequeña, pintada de un blanco que se iba desgastando con el tiempo y un pequeño camino que te llevaba al río.

-Entra tu primero, habláis y después entro yo para irnos- dijo Tom y lo miré con miedo.

-¿Y si no me quiere ver? ¿Y si me echa y comenzamos a discutir?- pregunte con una mezcla de preocupación y nervios.

-Tú entra, estoy aquí, si pasa algo entro- dijo dándome una palmadita en la espalda y empujandome suavemente de la cintura hacia la casa.

Agarre una bocanada de aire y caminé hacia ésta, entré y pude ver una preciosa decoración que supuse había elegido la madre de Tom, todo estaba perfectamente organizado y limpio. Caminé por la cabaña hasta que vi una habitación con la puerta abierta. Vacilé un poco antes de asomarme y ver a Mattheo sin camiseta sentando en la cama, de espaldas a la puerta.

Como ya era costumbre, caminé haciendo el mínimo ruido y me acerqué a la orilla de la cama, donde él me daba la espalda haciendome ver bastantes cicatrices en ella.

Al sentir mi presencia se giró rápidamente y se levantó de la cama sorprendido.
-¿Qué mierda haces tú aquí?- dijo bruscamente acercándose a mí.

Mi mirada se desvió hacia su marcado abdomen con varias cicatrices, haciendo que un rubor decorara mi cara
-Ahora soy yo la que pasó diez días esperándote allí- dije con tranquilidad aunque un nudo estaba en mi garganta y mi estómago se revolvía.

-¿Como sabes dónde estaba, quién te ha traído?- preguntó de forma sería subiendo mi barbilla con una de sus manos, obligándome a mirar sus lindos ojos que ahora tenían una oscuridad distinta.

-Tom- susurré mordiendo mi labio inferior con nerviosismo y pude ver como tensaba su mandíbula.

-¿Donde está él?- preguntó y yo devie la mirada a otro lado.

-Fuera- dije mirándo en dirección a la puerta de salida.

-Y te ha traído para que hables conmigo y me convenzas de volver- aseguró soltando mi barbilla y caminando hacia la sala.

-Tienes que volver, todos te necesitan- dije caminando tras él, que por la diferencia de altura un paso suyo eran tres míos.

-¿En ese todos también entras tú, pelirroja? ¿O solo es una mentira piadosa para volver a joderme la existencia?- preguntó sentandose en el sofá.

-Supongo que hecho de menos a alguien con quién discutir, y beber mientras estamos en silencio- admití poniendome frente a él de pie.

Escaneó mi cuerpo de arriba a abajo con su mirada y se levantó, haciendome retroceder unos pasos para que tuviera espacio, pero me agarró de la cintura y me pegó a su cuerpo haciendo que sintiera una oleada de hipogrifos en mi estómago.

-Pues besame, solo así voy a volver- dijo bastante serio colocando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Volví a respirar cuando me di cuenta de había dejado de hacerlo, lo miré incrédula y vacilé si hacerlo o no.
-Eso es chantaje- susurre entrecerrando mis ojos.

-Lo se- dijo acercando su rostro al mio hasta que sentí nuestras narices rozar.

-Te odio- dije antes de acortar la distancia entre nuestros labios uniéndolos en un beso desesperado.

Mattheo colocó sus manos en mi cintura presionando mi cuerpo contra el suyo y yo enrede mis brazos en su cuello mientras mis manos acariciaban su cabello.
El beso cada vez era más intenso y ninguno de los dos quería cortarlo.
Era como si los dos hubieramos esperado este momento por años.
Cuando el aire nos empezó a faltar nos separamos sin despegar nuestras frentes.

Yo seguía con los ojos cerrados mientras sentía su mirada fija en mí, examinando cada detalle de mi rostro.
-Yo también te odio- dijo y abrí los ojos encontrándome con su jodida sonrisa burlona.

-¿Listos?- preguntó Tom cuándo salimos y me dio la mano para que nos aparecieramos otra vez en Hogwarts

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Listos?- preguntó Tom cuándo salimos y me dio la mano para que nos aparecieramos otra vez en Hogwarts.

Pude ver la cara de fastidio de Mattheo al ver esto y yo solo rodé los ojos.

-Si- dije y a los segundos ya estábamos en las afueras de Hogwarts.

Caminamos un rato hasta llegar a nuestra sala común donde esperaban impacientes los demás.

-¿Y si les ha pasado algo? Puede que no hayan podido volver o se hayan perdido o...- decía el rubio con nerviosismo dando vueltas en círculos.

-Draco para y gírate- dijo Astoria con un sonrisa.

El rubio se giró con una expresión de alivió y corrió a abrazarme.
Todos se fueron levantando para darle la bienvenida a Mattheo de nuevo.

-Si le llegaba a pasar algo por ir a buscarte te mataba- le dijo Draco a Mattheo haciendo que ambos rieramos.

Era sábado y mañana no había clases así que pasamos casi toda la noche hablando y poniendo al día a Mattheo sobre todo lo que había pasado desde que se fue.

_______________________________

- A veces un
"te odio"
es un
"te amo

pero no sé cómo

decírtelo"

MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora