Alexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...
Habían pasado unos días, está noche había una fiesta en la sala común de Gryffindor, no era común que nosotros fuéramos a las fiestas de Gryffindor pero está vez iríamos porque no teníamos nada mejor que hacer.
Estaba en la torre de astronomía fumando cuando alguien subió las escaleras, no necesité girarme para saber quién era.
-Siento que nos hemos distanciado, y me vuelve loco el no saber porque Lexi- dijo Draco rodeándo mi cintura de lado con uno de sus brazos.
-Lo se Draco, pero yo tampoco sé porque- dije agachando la cabeza mientras le daba una calada al cigarro.
-Eres mi hermana, me da igual que no lleves mi sangre tú ya eres una Malfoy- comenzó a decir agarrando mis manos para que lo mirase de frente -Y no te quiero perder... Eres lo único que tengo, porfavor...- noté como se le quebraba la voz y no dudé en abrazarlo.
Mi hombro se humedeció por sus lágrimas, le acaricié el pelo y le susurré al oído lo que realmente sentía -Te lo juro Draco, sabes que prefiero morir a separarme de tí, eres mi hermano, eres el único que estuvo ahí para mí desde el primer momento y siempre voy ha estar en deuda contigo por eso- cuándo dije eso levantó su cabeza y me dio un beso en la frente.
Su nariz estaba levemente roja resaltando en su pálida piel, sus ojos iban a conjunto y las lágrimas dejaban un recorrido en su lindo rostro. Siempre he sabido que Draco es muy sensible, tiene ese vacío de querer ser el mejor en todo por culpa de su padre, y si tan solo supiera como lo ven todos. Todos envidian su dinero y piensan que tiene la vida perfecta, cuando en realidad sigue siendo un niño pequeño que solo necesita aprobación, que le digan que todo está bien y estés ahí cuando llora. Su forma de intentar llamar la atención es metiéndose con las personas, no es justificable ni estoy de acuerdo, pero también deberían saber el porqué lo hace antes de juzgarlo...
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-Ese te queda genial Pansy- dije mientras mis amigas salían a ver que me parecían sus vestidos para la fiesta.
-No se si este sea muy corto- dijo Astoria mirándose al espejo y yo la miré con desaprobación.
-No digas tonterías Tori, es el vestido perfecto- contestó Daphne pasando por su lado.
A diferencia de las demás, Daphne era la única que siempre estaba segura de cómo se veía, no preguntaba por el vestido, si quiera por el maquillaje o peinado. Ella sabía que todo le quedaba bien y lo hacía saber. Así que las tres siempre íbamos más inseguras mientras que ella tenía toda la confianza que a nosotras faltaba. A veces envidio eso de ella, es linda y lo sabe.
Yo iba con un vestido pegado bastante corto con un escote bastante pronunciado, era rojo oscuro y los accesorios eran dorados, como iba a ser en la sala común de Gryffindor me decidí por los colores de su casa. Las sombras de ojos eran igualmente rojas y doradas y no me hice nada que llamara la atención. El colgante que Enzo me regaló hace tiempo reposaba sobre mi garganta y los aretes que Theo me dio por navidad relucían dándole el toque. Mi pelo estaba suelto, con algunas ondas en las puntas.
