Alexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...
Los días pasaron y el final del curso se acercaba, yo seguía sin hablar con Mattheo y últimamente estaba más irrascible y agresivo con todos. Esta noche se haría una fiesta en la sala común de Slytherin y todos estábamos en nuestra última clase, transformaciones.
Me tuve que sentar junto a Mattheo porque Mcgonnagal lo pidió, el ambiente estaba tenso, ninguno de los dos dijo un palabra y a veces el chico me dedicaba miradas fugaces que yo intentaba ignorar.
Estaba copiando lo que la profesora ponía en el pizarrón y un papel voló hacia mi mesa, nos tocaba con Gryffindor así que me pareció extraño que el papel viniera de el área donde se sentaban los leones. Me di cuenta que había algo escrito así que fruncí el ceño y lo abrí encontrándome con una desorganizada letra.
“Espero verte en la fiesta, estarás linda como siempre”
Mire una vez más a ver si podía averiguar de quién era el papel pero no vi nada extraño. Fruncí el ceño mirando la nota entre mis dedos y Mattheo tenía su mirada fija en ella, apretaba sus puños sobre la mesa y tensaba su mandíbula lo que me daba a saber que la había logrado leer.
No le di más importancia y la dejé a un lado, justo cuando la clase finalizó Mattheo se levantó con molestia y salió el primero del aula.
—¿Habéis discutido?— preguntó Tom a mí lado esperando que terminara de recoger las cosas.
—No, solo lo del otro día— dije con tranquilidad y el parecía confundido con la actitud sin sentido de su hermano.
—Que raro— dijo y una idea pasó por mi mente.
—Oh, Tom me dieron esto— dije extendiendole el papel y el frunció el ceño leyendolo.
—¿Matt lo vio?— preguntó y yo lo miré sin entender.
—Creo que si, ¿porque?— dije saliendo del aula junto a él.
—Porque ya sé que le pasa— dijo y agarro mi mano caminando hacia la biblioteca.
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Pasé toda la tarde en la biblioteca terminando trabajos con Tom a petición del mismo, no nos dimos cuenta cuando ya quedaba tan solo una hora para la fiesta y llegaríamos tarde. Dejamos todo en su sitio y salimos lo más rápido posible.
Al llegar a la sala común todos estaban listos y preparando las cosas, cuando nos vieron entrar por poco y se le cae la boca a Daphne de abrirla tanto.
—¡No os da tiempo ¿Qué hacíais?!— dijo acercándose a nosotros con los brazos cruzados.
—No me grites, solo estábamos haciendo algo— dijo Tom seriamente y se fue a su habitación a prepararse.
