Hoy era sábado y no teníamos clases.
Me encontraba yendo a la biblioteca para terminar unos trabajos que tenía que entregar.Al entrar me fui hasta el final y me senté en una de las mesas que estaban solas. Comencé a hacer el trabajo y sentí una mirada en mí, levanté la cabeza para mirar a Mattheo apoyado con ambas manos en la mesa.
-¿La chica comadreja está estudiando?- preguntó de forma burlona.
-Que te den Mattheo- dije volviendo mi vista al libro, pero no sirvió de mucho pues me cerró el libro en un movimiento brusco y lo apartó hacia un lado haciendo que lo volviera a mirar.
-Cuidado con como me hablas pelirroja, porque no me daría ninguna pena chocar tu lindo rostro contra esa estantería- dijo molesto tensando la mandíbula mientras se aferraba a la mesa, por un momento pensé que la iba a romper. Nunca me había puesto a ver lo lindo que era de cerca. ¿Que estoy diciendo?
-Te hablo como quiero, Riddle- dije levantandome de la silla poniéndo mi cara bastante cerca de la suya.
Mattheo por instinto me agarró bruscamente de la mandíbula acercando mi cara a la suya, al punto de que nuestras respiraciones se mezclaban.
Podía ver la ira en sus ojos y como cada vez apretaba con más fuerza sus dientes.-No me jodas niñata, porque estoy a un segundo de destrozarte- dijo tensando la mandíbula, el asco y el odio no se iban de su mirada.
-Atrevete- dije simplemente.
Lo siguiente que sentí fue como estrellaba la palma de su mano en mi mejilla y me agarraba del pelo para levantar mi cabeza para que lo mirara a los ojos.
-Te he dicho que te la estabas jugando- dijo todavía con rabia acumulada, como si le hubiese enojado más el haberme golpeado.
-Que te jodan, Riddle- dije soltandome de su agarre y saliendo de la biblioteca.
Mierda, mierda, mierda
Vi a la pelirroja de mis pesadillas salir de la biblioteca y le di una patada a la mesa, me apoye en esta e intenté controlarme.
Nunca antes le había pegado de esta manera, siempre eran amenazas vacías y algún que otro leve tirón de pelo o patada, pero no más.Salí de la biblioteca y camine dirección a las mazmorras, tenía que hablar con mi hermano.
Llegué a su habitación y ni siquiera llamé a la puerta antes de pasar, mi hermano siempre sabe quién es sin siquiera mirarte.
-Podrias llamar, sabes?- dijo con fastidio girándose para mirarme.
-La he golpeado- solté directamente y él se quedó sin reaccionar por unos segundos.
-¿A quien? Y ¿Por qué?- pregunto y entonces supe que ahora es cuando estaba realmente jodido.
-A ella, a la serpiente Weasley- dije y pude ver como su mirada tenía una mezcla de rabia y decepción -Es que, no lo sé joder, me ha enojado demasiado y la he amenazado, al ver que no le asustaban mis palabras se me ha ido la mano, pero... Joder...- intenté explicar frustrado sentandome en su cama y pasando mis manos por mi pelo.
-Vete- dijo Tom calmado mientras se acercaba a mí. Intenté replicar pero no me dio tiempo cuando volvió a hablar -ahora- dijo de forma severa y no me quedo otra que salir de su habitación, pensando en que la había cagado.
No me cae bien Alexandra, ni un poco, pero tampoco me gusta pegarle a las mujeres, eso no va conmigo.
Yo y Alexandra nos odiamos mutuamente, muchas veces nos hemos amenazado hasta de muerte, pero siempre sabemos que muy seguramente no lo cumplamos, ni siquiera yo he sido consciente de lo que hacía cuando le he dado la bofetada.____________________________
-Quién diría que esto era solo el comienzo...-
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MI PERDICIÓN || MATTHEO RIDDLE
Fiksi PenggemarAlexandra Weasley, la primera hija mujer de los Weasley empieza su aventura en Hogwarts sorprendiendo a toda su familia. Siempre pensó que el amor era una perdida de tiempo hasta que en quinto año algo la hizo cambiar de opinión... La llegada de una...