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Libra

Un relámpago alumbró toda la habitación que permanecía en oscuras, porque no iba a ser tan masoquista de encender las luces y quedarme ciego.

Me había quedado sentado en la cama como por diez minutos seguidos, pensando en la inmortalidad de la tortuga y escaneando mi armario abierto. No sabía que me pondría pero sinceramente no me importaba, después de todo me podía poner una bolsa de papas y se haría tendencia en dos segundos.

Sin ganas de siquiera asomarme por la puerta de mi departamento, me levanté de mi cama, la cual ya era parte de mi, y comencé a ponerme lo primero que veía.

Ventajas de ser un rey de los departamentos es que te daba igual todo.

Sinceramente y honestamente uno no podía crearse ese título, se los explicaré brevemente mientras me escuchan gritar porque ahora mismo estaba por prender la luz.

-¡Aaah!, demonios —me quejé mientras abría poco a poco mis ojos.

En fin.

Cómo les decía, uno nace como un rey de los departamentos, algo que quizás les suene exagerado, bueno a mí también me sonó de aquella manera cuando de la nada tenía a media universidad ante mis pies. Pero solo se necesitan tres cosas para serlo.

1: Ser de una familia muy adinerada.

Porque no basta que seas clase media ni media-alta. Necesitas ser literalmente de una familia que sean reyes del dinero.

2: Ser guapo.

No creo que haga falta que les expliqué con esta bella cara tallada por los mismos ángeles, este punto.

3: ser buena ondiwis.

Y si, al contrario de lo que era la secundaria, que es cuando los populares son unos niños con ganas de agarrarse a las piñas con las personas cuatro ojos, eso acá no funcionaba. Necesitabas llevarte bien con todo el mundo, ser alguien sumamente sociable.

Por algo les digo que ser rey departamental no es cosa de convertirse en uno, claro que no, es cosa de nacer.

Tomé mi mochila y mis llaves, porque ni loco iría caminando mientras de seguro va el arca de Noe por las calles. Era impresionante la cantidad de agua que podía caer por segundo en esta ciudad. Y ni les cuento cuando salga el sol y se levante toda la humedad, créanme que si eso pasa va a ser el peor día de sus vidas.

Al llegar a la cochera abrí mi auto y lo que me asustó no fue el hecho de que olía a perfume de vainilla y frutos del bosque —cabe aclarar que yo jamás uso esas fragancias—, me asustó el hecho de que al entrar completamente y acomodarme, en el asiento del acompañante tenía un sobre con una letra que podría reconocer hasta en la oscuridad.

Becky Welborn

Rodé los ojos y guardé la carta en la guantera, lo que me faltaba para hoy.

Les explicaré.

Becky es mi ex novia, así como lo escuchan, hace un año nosotros éramos la pareja más notable de la universidad, más que nada perfecta. Pero obviamente todo lo perfecto esconde algo podrido por dentro; una infidelidad. Mi ex me engañó con mi ex mejor amigo Hunter Benner, un rey departamental del edificio Norte, aunque la gente de por allí lo llamaban el tercer al mando.

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora