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Maratón 4/6

Escorpio

Estaba bailando junto con Piscis ya que vi como Tauro arrastró a mi mejor amiga a la pista. No me malinterpreten, me agradaba ese chico para ella. Mucho más que Leo, tengo que decir, el cual, casi se termina destrozando la cara. Pero menos mal que Virgo los detuvo que sino ambos terminarían en el suelo.

-Ire a tomar algo —me gritó Pi ya que la música estaba que explotaba por toda la casa. Yo solo asentí en forma de que sabía y se fue pasando entre tumultos de gente.

Había perdido a casi todas de vista, solo tenía en mi radar a Piscis y a Capri que seguía bailando. Pero de seguro todas estaban bien.

Mi mirada estaba en los del Norte, no entendía porque estaban aquí si Lorelay era del edificio Sur, además de que no estamos en un buen momento como para que ella los invite. Pero bueno, eso ahora no importaba... hasta que ataquen —claro estaba—. Cuando estaba por irme a buscar algo también, la luz y la música se cortaron de la nada. Me asusté bastante puesto que odiaba la oscuridad pero no podía ni moverme por la parálisis y miedo que tenía.

Estuvo así unos segundos, con la gente murmurando de que estaba pasando. Y fue ahí donde lo peor comenzó... un reflector se encendió sobre mi, la cual no estaba entendiendo ni un solo pimiento.

¡Y Bum!

Un líquido espeso —el cual supuse que era pintura blanca— cayó sobre mi cuerpo como si estuviera en una ducha. Cerré los ojos antes de que me entrara. Pude sentir como algunas cosas más se posaban sobre mi, luego de aquello comenzaron las risas que penetraban mis oídos para llegar a mi cerebro que aún procesaba todo lo que había pasado. Con lo poco que me quedaba de piel al exterior, traté de sacarme la pintura de los ojos para salir corriendo hacia la salida.

Quería llorar, quería desaparecer de aquí. ¡¿Qué había hecho para que se burlaran así de mi?!, yo hace tan solo semanas era una chica común con una vida normal que no recibía amenazas, que tampoco estaba bajo los focos de atención de todo el maldito mundo y mucho menos que era el tema de la semana. Yo sabía que no debería de haberme relacionado tanto con Cáncer, pero de todas formas, lo hice y lo hice porque luego de unos días, me había acostumbrado a su presencia diaria y me hacía sentir cómoda hablar con él, ¿solo por eso merecía ser humillada en frente de casi media universidad?,

Corrí lo más lejos que pude de esa casa, aunque el patio era gigante. Sentía como alguien me seguía pero ni siquiera quería darme la vuelta solo llegar a algún árbol o al auto de mi mejor amiga —ya que ella me había traído. Ni siquiera me importaba si el tapizado de los asientos quedaba lleno de esta mierda, después de todo le pagaría para que se lo lavaran.

-¡Escorpio! —la voz de Cáncer resonó atrás mío pero no le di importancia.

Estaba llorando aunque ni siquiera sabía si las lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Había pasado la peor vergüenza del planeta, encima enfrente de casi todos los conocidos por Columbia, ni siquiera era una de las fiestas a donde iba antes... donde nadie era tan reconocido.

Me sentía fuera de lugar aquí...

-¡Espera! —sentí como agarro mi brazo lleno de pintura blanca provocando que me girara aún llorando. -Hey, hey... no llores

Con tan solo esa palabra, liberé un grito que era acompañado por lágrimas que caían en forma de cascada.

Tal vez era muy dramática... pero cuando sentía algo de verdad, lo expresaba en serio. No tenía porque ocultar algo que sentía en el instante.

-Ven —impulso mi brazo hacia él haciendo que chocara contra su pecho suavemente.

Me estaba abrazando, y era la mejor sensación que podía tener ahora. Me sentía protegida y un poco más calmada, aunque eso no quitaba el hecho de que seguía llorando y quejandome de porque estoy me pasaba a mi.

-¿Sabes quien pudo haber sido? —su voz sonaba suave mientras acariciaba mi cabeza que seguía cubierta de pintura.

-Me-media uni-versidad me... me odia —dije entrecortadamente.

-Vamos a averiguar quién fue... tranquila... —cerre los ojos intentando calmarme entre sus brazos.

Y luego lo recordé...

Recordé aquella nota escrita a mano...

"Alejate de Cáncer Bailey si no quieres sufrir las consecuencias que te llevaran a la ruina"

-Un papel... —dije inhalando todo su perfume.

-¿Un papel?

-N-no... una bo-bola de papel —eso pareció confundirlo más ya que deshizo el abrazo.

-Tranquilizate y explícame mejor—mientras mis labios seguían temblando trague saliva.

Respire tratando de agotar mis últimos sollozos y temblequeos.

-Ayer, cuando estábamos en el comedor... una bola de papel impactó contra mi cabeza. Pero al darme vuelta no había nadie, ni siquiera una pista de quién podría haber sido. Así que la recogí y mientras ustedes iban hablando la leí... —Cáncer frunció el ceño.

-¿Qué decía?

-En simples palabras... aléjate de Cáncer Bailey o terminarás así, aunque creo que esto es solo el comienzo —el castaño frente a mi suspiró agachando su cabeza.

-Lo siento, todo esto es mi culpa... —esta vez yo fruncí el ceño.

-¿Estas de broma?. Tú no tienes la culpa Cans. Solo son personas celosas que si no te tienen como amigos arruinan la existencia de los que si lo son —aunque no creo que lo quieran como amigo.

-Es que no debí mostrarme tan cercano a ti en medio de la universidad —volvía a verme a los ojos y yo simplemente me quedé en silencio. -Ven, te llevo a casa

Estaba por decir que al menos debía despedirme pero luego recordé que no podía ir con estas fachas nuevamente adentro. Así que solo asentí, pronto le tendré que pagar para que lavaran el auto.

-Perdón por tener que ensuciar tus asientos —Él negó suavemente abriendo las puertas a distancia.

-Tranquila, debes ir a sacarte todo eso antes de que sea peor —suspiré pensando en todo lo que había pasado.

A esto me refería con que me hacía bien... A Cáncer no le importo que este llena de pintura y le manchar absolutamente toda su ropa o auto. Él me eligió a mi sobre todo eso y eso ya para mi era bastante.

Una vez que estuvimos en el auto y él arrancó, las lágrimas seguían saliendo de mis ojos, pero de una manera más lenta y menos constante. Me fijé en mi collar y estaba todo bañado de pintura, y eso me hizo llorar aún más. Odiaba cuando le ocurría algo a mi dije, y sé que iba a salir pero no me gustaba verlo así, sentía que Logan estaba sucio.

-Hey, te limpiaré tu collar apenas lleguemos a tu casa —lo miré con una tristeza que inundaba.

Había sido avergonzada y humillada en frente de muchísimas personas, todo porque disfrutaba de la compañía de alguien que me llegó a entender hasta en lo más profundo de mis pensamientos, solo por eso han decidido hacer todo esto, y no sé que logran porque aún así Cáncer siguió eligiendome como amiga, aunque la mayoría de nuestras conversaciones, si es que podíamos decirles así, eran puro y mero silencio.

Miré a Cáncer, y este tenía su semblante completamente serio, veía como apretaba el volante con fuerza y de vez en cuando aceleraba sin razón alguna, pero era durante unos segundos.

-Te prometo que te voy a proteger, Escorpio —lo miré aún más sorprendida por aquello. -Te lo juro por mi hermano

Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas.

Y mi corazón solo susurró un gracias delicado.

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora