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Aries

Mire a cada persona que almacenaba el pasillo del departamento de Escribanía, viéndome como si fuera de otro mundo y tratando de chocar los puños conmigo. Siempre la misma rutina, siempre algo que esperaba... nada había cambiado, salvo mi molestia hacia el compromiso de Géminis y mi hermano. Al principio, cuando me enteré de lo de Géminis, solo me enfadé pero no tanto cuando la vi sentada en esa mesa... evitandome y evitando esas miradas que Hades le enviaba constantemente,  siendo perseguida por mi hermano mayor hasta vaya a saber donde.

Pero lo que más me enfadó es verla entrando riendo junto con él.

Aunque no sé si era enojo o dolor, solo sabía que en esos microsegundos me quería ir a casa o golpear un saco de boxeo. Simplemente quería desquitarme de alguna forma, aunque no me serviría más adelante si llegara a suceder algo.

Y aún así conociendo a Géminis, la cual no aceptaría casarse a la fuerza; me preocupaba Hades, ya que con tan solo un vistazo podría enamorar a cualquiera y eso era malo, porque si ella se enamoraba de él, significaba que si se casaría en algún momento.

Demonios.

Llegué a mi clase y tomé asiento con disgusto, mis manos estaban en forma de puños y muy tensas sobre la mesa, mi pie se movía rápidamente, sin importarme si dolía o me acalambraba. Y pensar que luego de años sin ir al gimnasio debería de volver.

Despeine mi cabello mientras mi pie seguía en un constante ritmo rápido y un tanto cansador para mi pantorrilla. No veía la hora de que la clase comenzara para poder distraerme un poco de mis propios pensamientos, los cuales me estaban quitando toda la cordura y tranquilidad que me había costado conseguir durante los últimos años.

-Buenos días —el profesor entró cargando su laptop y algunos libros de colores oscuros. Todos les devolvimos el saludo para poder empezar la clase.

La clase me tranquilizó bastante, de hecho, me dormí como unos 10 minutos sin ser interrumpido por el profesor, pero para la hermosa suerte que había estado teniendo, ser despertado por el profesor debería de haber sido lo más esperado.

Ví como la pantalla de mi teléfono se encendía abajo del banco, usualmente no recibía mensajes de nadie a esta hora, ya que todos estaban centrados en terminar su última clase sin tener detención o sin que le quiten el celular. Después de todo, solo faltaban  10 minutos para irnos y nadie quería vivir a tal límite.

Sin embargo, mi alma libre me dijo que lo leyera y así lo hice.

-¿Cáncer? —susurré levantando la vista levemente para ver si el profesor seguía viendo la pantalla de su laptop.

Al saber que estaba en su propio mundo el profesor, comencé a ver varios mensajes que cada vez se me hacían más y más extraños.

¿Tu hermano vino
a buscarte hoy? -13:09-

Pensé que nos iríamos
con los chicos a tomar
algo -13:09-

¿De qué hablas? -13:10-

De que tu hermano
esta parado cruzado
de brazos contra su
auto -13:10-

Me fijé nuevamente en el profesor con el ceño totalmente fruncido, Hades nunca me avisó que vendría a buscarme para otro de esos almuerzo familiares, los cuales se parecían más a un velorio que a un almuerzo. Luego de dos minutos un tanto estático me volví al teléfono verificando todos los recuerdos que tenía de nuestras conversaciones.

Bueno, no tengo
idea de lo que
esta ocurriendo y
al parecer tú  tampoco -13:11-

¿A quién más buscaría
si no eres tú? -13:11-

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora