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Sagitario

Hoy no era mi día.

Eso debería de decir desde el momento en que mi madre me había parido.

Era tarde, no tan tarde pero si tarde.

Y aquí estaba, en mi nueva universidad, vagando por los pasillos de vaya a saber dónde, porque sinceramente este edificio era gigante. Veía por todas las paredes pósters, casilleros pintados a gusto, pero no habían personas.

No entendía, se suponía que debería de haber gente estudiando.

-¿Necesitas ayuda? —me giré ya que una buena persona había venido a mi rescate. Era una chica rubia, alta (casi como para ser modelo), con unos ojos cafés muy lindos. Me mostró su dentadura perfecta.

¿Cuánto le costó hacerme así mi madre?

-Mmm si, estoy un poco perdida —saqué un papel que según la universidad me mostraba dónde estaba cada curso, pero no servía ni para ir a la cafetería.

-¿A dónde vas, linda? —oh que tierna.

-Se supone que estoy inscripta a Diseño digital, pero estuve rondando por estos pasillos por un buen tiempo y no encuentro ningún salón que tenga las siglas de mi carrera —les juro que la cara de esa dulce chica se desconfiguró, ahora parecía la madrastra de Blancanieves.

La maldad se le salía de los poros.

Sin decirme absolutamente nada, se giró y se fue.

¿Qué mierda?

Definitivamente en esta ciudad había gente sumamente rara.

Bien, perdí a mi guía.

Me fijé hacia los costados y no había ningún tipo de señalamiento, hasta que me fijé arriba de toda la pared y me mostraba unas flechas con la palabra "Sur".

Ah.

Me volví a fijar en este mapa que se parecía a uno del tesoro y caí en cuenta de que diseño gráfico estaba en el edificio sur. Perfecto, estuve como media hora rondando como una estúpida por un edificio donde no era.

Comencé a seguir las flechitas que estuvieron a mi alcance todo este tiempo, es que uso lentes, entiendanme. Al parecer la división entre ambos edificios era tan grande que ocupaban como cincuenta metros de puro pasillo vacío y desolado, me sentía como en una peli zombie.

Llegué por fin a una entrada vidriada y al pasarla, de cierta manera, se sentía más cálido el edificio sur que el norte. No sabría cómo describirlo, pero había más movimiento, la mayoría se hablaba con todos, se sentía ese ambiente juvenil y de compañerismo. Allá casi me ataca maléfica, de suerte no me noqueó y me puso en una bolsa de consorcio.

-Disculpen, ¿dónde queda diseño gráfico? —pregunté a un grupo de chicas que parecían amigables.

-En la segunda puerta que ves hacia tu derecha, bonita —me sonrió una de ellas y yo les agradecí con la mirada para seguir mi camino.

Me sentía como el hobbit en una de sus misiones tan medievales y fantaseosas. Lo peor es que creo que había aparcado en el lado equivocado de la universidad, luego debería de ir a buscarlo.

Cuando por fin me topé con la famosa puerta, se podía ver al profesor escribiendo y al resto prestando atención. Lo que me faltaba, odiaba llegar tarde por la cantidad de atención que un ser humano podía recibir, les juro que prefería la opción de que esa chica me embolse en una bolsa de consorcio.

Tomé todo el aire que podía contener en mis pulmones y abrí la puerta.

Les juro que casi me desmayo por la cantidad de personas que me estaban observando.

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora