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Sagitario

Mis ojos no se despegaban de aquellas rosas blancas que Virgo tenía en su mesa del comedor. Eran hermosas y liberaban una delicada fragancia que se esparcía por todo el apartamento.

Piscis pasó una mano por enfrente de mi cara, la música seguía ocupando casi toda la habitación, como desde las 19 lo hacía. No tenía ni idea de porque siempre habían fiestas por este edificio, pero tampoco me interesaba saberlo... lo único que me interesaba ahora, era saber cuando se iban a sus casas de una sola vez.

-¿Ocurre algo? —otra vez mis pensamientos fueron destruidos por la castaña bromista que tenía a mi lado.

-¿No crees que Vir anda nerviosa últimamente? —le susurré para que las demás no escucharan.

-Puede ser pero... Virgo siempre anda de aquí para allá, esa chica acumula demasiado estrés —se levantó de hombros para recostar su cabeza contra el sillón.

Mire a Capricornio, Escorpio y Géminis sentadas en el suelo, jugando a las cartas mientras que de fondo estaba la televisión, pero no se escuchaba nada debido a la música del vecino.

Suspiré pensando en varias cosas, últimamente cambio casi toda mi vida... me mudé de ciudad, conocí a amigas increíbles y, por más que intente evitarlo, conocí a un chico agradable pero que es de un mundo diferente al mío y lastimosamente ese mundo tiene a soldados que me atacarán a penas si cruce la frontera.

Pero creo que eso era lo mejor, cada uno reinando en el suyo, sin la intervención del otro. Después de todo yo vine aquí a estudiar, no a encontrar el amor ni nada por el estilo; más adelante habrá alguien que me enseñe los verdaderos colores del mundo y sepa respetarme.

-Libra —la voz de Géminis hizo que volviera a la realidad. No podía evitar prestarle atención a quien dijera ese nombre, por alguna razón iba contra mi propio sistema, contra mi estupido cerebro. -Y Becky, puede que vuelvan

-¿Eso crees? —preguntó Escorpio viendo sus cartas con atención.

-Puede que sí, Libra la quiso mucho y no es fácil olvidar a quien amaste —esta vez fue Capricornio quien habló. -Aunque te lastimara...

Lastimosamente era así, mi padre lastimó a mi madre reiteradas veces... tanto física como psicológicamente, pero aún así mi madre seguía amandolo y por suerte la hice entrar en razón... hice lo correcto y no me arrepiento de nada.

Ese hombre podría ser muchas cosas, pero mi padre... mi padre nunca.

-No sé, yo no lo veo así —Piscis apoyó su codo en el brazo del sofá mientras veía a todas jugando.

Giré mi mirada hacia Virgo, la cual estaba sentada al frente del jarrón con flores, viéndolo... pensando en millones de cosas, de las cuales solo había un 1% de que ocurrieran.

-Aún así... —Virgo dejó de ver las rosas y volvió a la charla. -Becky hará lo posible para volver con él, sin importarle el precio

-Eso sí que lo veo —me reí por lo de Pi. Su dedo se había extendido para señalar a Virgo que estaba comiendo su galletita casera.

-Tambien nos veo en la fiesta de Lorelay —casi todas vimos a Géminis con una ceja levantada.

Les explicaré, o bueno les diré lo que ellas me han explicado de las personas icónicas de la universidad; Lorelay, junto con varias —incluyendo a Becky, Chery, etc—, eran bastante populares, no tanto como justamente los populares de los departamentos, pero tenían su cierta fama; el tema aquí es que sus fiestas eran muy... muuuuuuuy privadas y exclusivas, no toda Columbia iba, solo cierto sector que les lograba caer bien.

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora