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Géminis

-Pediré una magret de pato con puré de patatas —le sonreí al mesero que mantenía en su mano la libreta.

-Muy bien, ¿Y usted señor? —vió a mi padre quien aún seguía inspeccionando la carta, por suerte había tomado ese café hace como 5 horas porque si no, no tendría nada de hambre.

-Mmm... quisiera pedir un filete de corvina en salsa de Bisque —esperó hasta que el mozo terminará de anotar su pedido para poder seguir pidiendo las cosas para la cena.

-¿Algo para tomar? —mi padre asintió mientras cerraba la carta.

-Si, un Rutini Cabernet —el mozo asintió para tomar las cartas y retirarse.

Me quedé unos minutos observando a mi padre, muy pocas veces me invitaba a cenar y cuando lo hacía era para darme malas noticias o presentarme a su nueva novia, pero su cara no tenía rastros de que algo malo hubiera sucedido y al lado suyo no había ninguna mujer.

¿Que demonios estaba ocurriendo?

-¿Y? ¿Cómo te está yendo en la universidad? —me preguntó de nuevo con esa sonrisa que muy extraña vez me mostraba.

-Bastante bien, me he estado esforzando en todas las materias —le dije mientras el mozo nos servía el vino en las copas de cristal, una vez que esté se retiró volvió a verme.

-¿Y a tí? ¿Sigues con Sherry? —él asintió para tomar su copa de vino y comenzar a beberla.

-Si... —en ese momento sentí como se tensaba y sus envíos subían desde 0 hasta 100, ¿Algo ocurrió con Sherry? ¿Era eso lo que tanto le costaba decirme? —Hablando de eso... planeabamos decírtelo con ella aquí pero tuvo una emergencia —me miró a los ojos, mi padre nunca me había podido decir algo sin que alguien estuviera a su lado, ni si quiera cuando mi madre falleció pudo decírmelo a solas.

Pero ahora al parecer estaba dispuesto a decírmelo y yo estaba dispuesta a escucharlo.

-Tendrás un hermanito —me sonrió pero yo simplemente me quedé estática ante tal noticia.

Era fantástica, siempre había querido tener un hermano pero... siempre pensé que íbamos a compartir madre; en mi interior tenía un remolino de sentimientos, debía ser la persona más felíz en este restaurante pero no lo estaba... no sentía esa chispa que me hacía querer llorar de felicidad.

-Ya veo, me alegro por ustedes —le sonreí con debilidad, ¿Por qué no podía ser felíz?.

-Géminis ¿estás bien? —asentí y fuí salvada por el mozo que nos puso en frente el plato que habíamos pedido, no tenía hambre... ni si quiera quería estar aquí pero no podía irme si ya habíamos pedido.

Miré hacia la ventana y ví que estaba comenzando a llover, el tiempo en Nueva York es una locura; por suerte mi padre me llevaría al apartamento y no tendría que caminar hasta este luego de irme.

-¿Era eso? —mi padre me vió ahora aún más nervioso pero con esa sonrisa tan extraña en él, ¿Había algo más? ¿Cuantas cosas debía decirme?.

-Hay otra cosa más —comencé a comer mi platillo mientras esperaba que mi padre me contase lo que me debía contar. —Sabés que he estado haciendo negocios con el señor Morgan —asentí para verlo meterse un bocado de su comida.

-Si, ¿Ocurrió algo con el señor Morgan?

-Pues, hemos estado hablando y... —se detuvo para mirarme masticar mi alimento. —Queremos que tú y su hijo  se cansen en un futuro, por lo cual arreglamos su matrimonio

New York City |Zodiaco| [NYCZ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora