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Agosto/2022 📍Los angeles
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Nimrod cumplía 18 años y nunca por su mente paso que cumpliría años estando en un hospital, ella pensaba que a sus 18 años iba a tener una fiesta gigante con todos sus amigos, un pastel y decoración muy bonita, pero no, su situación era muy grave.
Alaska entro al cuarto donde se encontraba Nimrod, al verla se derrumbó en el piso a llorar era muy fuerte la imagen que tenía de su amiga que estaba en la cama con un aparato para poder respirar, no había ninguna pizca de felicidad en su rostro solo habían golpes.
Se acercó junto a ella agarrando su mano y dándole leves caricias.
-felices 18 años Nim- susurro con la voz entre cortada.
Siguió dando pequeñas caricias en su mano y pelo hasta que sintió como la chica se empezaba a remover incómoda de la cama.
—Ro, Ro, tranquila, no te muevas mucho—por la voz de Alaska se podía notar lo preocupada que estaba.
—¿Qué día es hoy? ¿Dónde estoy?— puso sus manos en su abdomen y no sintió nada— ¿Mi bebé?
Alaska no pudo contestar nada ya que salió de la habitación llena de un manojo de lágrimas. Fue directamente donde estaba Hassan para explicarle que Nimrod había despertado y que tenía muchas preguntas, preguntas que solo él podía responder.
Hassan limpio un poco su rostro con la manga de su sudadera antes de entrar a lo que sería lo peor del mundo.
Cuando entro noto a la pequeña joven recostada en la cama con una cara de confusión.
—¿Cómo estás Nim? ¿Te sientes bien? ¿Quieres que vaya a buscar a una enfermera?— Hassan pregunto amablemente.
Nimrod nego— dime dónde estoy, ¿Por qué no sintió a mi bebé dentro de mi? Dime Hassan— su voz empezaba a sonar alterada.
