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Marzo/2023 📍 Guadalajara
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—¿Quién fregados hizo esto?— Hassan se agachó para poder ver mejor a su empleado que estaba en el piso desangrándose.
—señor, le digo que empezaron a echar plomazos y de repente muchos de los empleados estaban muertas por los disparos— dijo entrecortado ya que el dolor no lo dejaba hablar bien.
—¿Y quién eran o qué?—
—no lo sé patrón pero dejaron esto— saco una carta de su bolsillo y se la entrego al joven.
Él la abrió como pudo ya que no quería tocar las manchas de sangre que el papel tenía. Cuando la abrió se dio cuenta de lo que la carta decía y de parte de quien era.
"Ya te cargo la chingada pendejo, con mi familia nadie se mete"
Fue lo que decía la carta que Hassan reconoció al instante quien lo había mandado. Tenía el icono que todo narcotraficante tenía y esté era el de el papá de Sarah.
Maldijo en voz baja y volvió a mirar a sus empleado que cada vez más se estaba yendo para el otro lado.
—¿Y nata, Antonio y Alaska donde están?— pregunto rápidamente.
—a ellos los sacaron de la casa porque a la señorita Alaska le empezó a doler mucho su vientre y el patrón Antonio se preocupo—
Hassan lo miro y asintió— óraleweyes lléveselo a un hospital para que lo revisen—
Sus guardaespaldas cargaron al joven como si fuera un saco de ariana ya que ni moverse podía por el impacto de bala que recibió. Hassan prendía un gallo mientras miraba a través de sus lentes lo destruido que había quedado su laboratorio donde hacían sus mercancías.
