¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Julio/2030 📍Los angeles
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Galletas.
Las galletas que preparaba Nimrod era una de las muchas cosas que Hassan amaba de ella. Sus galletas hacían que él se enamoraba cada vez más.
La chica acababa de meter la segunda charola de galletas cuando de repente escucho el sonido de las llaves en la puerta y está abriéndose, dejando ver a su esposo entrando con una cara de cansancio. Eran las 12 de la noche y el motivo por qué la chica cocinaba era porque el pelinegro no llegaba, estaba desesperada.
Cuando Hassan entro a la cocina su expresión de cansancio cambió a una sorprendida, no esperaba ver a la pelirosa en la cocina a esas horas y con toda la ropa y la cara llena de harina.
—este, ¿Qué haces aquí Nimrod? Es muy tarde para que estés despierta y estés cocinando— se acercó al refrigerador a buscar algo de tomar, cunado lo tomo luego se acercó a la chica y le dio un beso en el cachete—
Ella lo miro feo y luego volteo a verlo enojada— ¿Con quién estabas Hassan? Hueles a una de esas mujeres que se arrastran por ti cada que vamos a una lugar, dime ¿Con quién estuviste o con quién te revolcaste?—
—¿De que hablas Nimrod?— dijo nervioso— yo no me acosté con nadie, estaba viendo cosas de mis siguientes exportaciones—
—si claro, y por eso hueles a perfume de mujer, no me veas la cara— grito enojada.
—no grites, los niños están dormidos—
—¿Los niños? Los niños están con tú mamá, ves ni sabías eso ¿verdad?—
Nimrod se acercó a su esposo y lo examino hasta que encontró que tenía un beso en el cuello y otro en su camisa. Cuando vio eso retrocedió con lágrimas en sus ojos.
