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Marzo/2023 📍 Guadalajara
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El viento pegaba por todo su rostro y con este algunos mechones rosas, el sonido del motor del carro a todo lo que daba, también se escuchaba de fondo la música regional que el chico había puesto antes de tomar rumbo a dónde sería su cita.
Nimrod sentía nervios por saber a dónde la llevaría y si iba correctamente vestida pues a la chica le había nacido una nueva inseguridad sobre su forma de vestir después de que la hayan juzgado muchas personas del pueblo donde vivía. Llevaba un vestido negro que estaba descubierto de atras, su pelo iba peinado por dos trenzas enfrente y llevaba una bolsa rosa que combinaba con su pelo, se sentía tan linda.
Hassan por su parte iba vestido como siempre, llevaba una gorra volteada hacia tras, unos lentes negros, su cadena que nunca podía faltar y un conjunto negro que era de Balenciaga, para los ojos enamorados de Nimrod era el hombre más lindo que había visto aunque negara que le estaba empezando a gustar de nuevo.
El chico iba cantando una canción que se había puesto en su playlist aleatorio sorprendiéndo a la chica que iba a lado de él. Hassan cantaba como un cantante profesional la canción que se sabía correctamente haciendo que Nimrod pusiera toda su atención en aquél chico.
Cuando la canción acabo Hassan volteo a ver a Nimord y le sonrió, la pelirosa todavía lo miraba con sorpresa en su rostro ganándose una risa nerviosa por parte del pelinegro.
-¿Qué?- río
-no sabía que cantabas tan bien Hassan Emilio- lo miro con los ojos entre cerrados.
-en realidad nadie lo sabe, creo que eres la única que lo sabe- el semáforo se puso en rojo lo que le dio una buena oportunidad al chico para acercarse a ella y darle un beso en sus labios, cuando se separó volvió a hablar- en realidad, mi sueño siempre fue ser cantante y tocar en lugares llenos de personas admirando mi trabajo-
-¿Y por qué no lo fuiste?-
-porque a mi papá no le gusto esa idea y me metió al negocio, y cuando mi hermano murió todo paso a mis manos y el sueño de ser cantante se esfumó- sonrió con melancolía- era mi deber seguir con el negocio.
