𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)

34

—¡Joder!—. Gritó Tom, desde el silencio de la sala de su casa —Maldición—. Gruño mientras trataba de pensar en algo, ¿qué podía hacer?, Bill estaba en peligro, en manos de ese hombre, no podía quedarse de brazos cruzados.

Estaba abrumado por la angustia y la desesperación, se forjaba una determinación feroz. Aunque no sabía dónde estába Bill ni cómo enfrentar a Thiago, su instinto le decía que debía actuar rápidamente. Con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, decidió salir en busca de los amigos de Bill.

Tal vez ellos podrían ayudarle.

.    .    .

Él azabache, se remueve entre las sucias sábanas, ¿Qué había ocurrido?, se preguntaba mientras llevaba su mano derecha a la cabeza, dolía, y dolía demasiado, recordó que en un intento por forcejear con Thiago, para que no lo tocará, el chico le había dado un golpe con la pistola.

—Uhggm—. Gimió de dolor mientras se levantaba, habían fluidos en la cama pero no eran suyos, eran de Thiago quien se había masturbado encima del azabache.

Bill, arrastraba sus piernas fuera de la cama, su cuerpo dolía y sabía que era porque Thiago le había golpeado en más de una ocasión. Se sentó en el borde de la cama con las mantas cubriendo su cuerpo, e hizo memoria sobre todo lo que pasó. . .

»Flashback

—No me hagas nada—. Pidió en suplica —Te lo ruego —. Imploró con voz temblorosa. Él no quería que algo le pasara a Tom, estaba dispuesto a hacer lo que Thiago le pidiera, pero jamás pensó que las cosas empezarían así.

—Ya te lo he dicho—. Mascullo el chico —¡Incate!—. Le ordenó con voz fuerte —O ¿quieres que algo le pase a él maldito de Tom? —. Preguntó sonriendo socarronamente —porque si es así, solo con hacer una llamada tommie estará en peligro —. Bill negó con la cabeza rápidamente —y no quieres que eso ocurra, ¿Verdad?—. Él azabache volvió a negar, mientras sollozaba apretando sus labios.

—Por favor —. Pidió con su voz colgando de un hilo —no me hagas esto—. Dice —¿Qué fue lo que te hice?, ¿Porque me haces esto?—. Preguntó. Sintiendo las manos de Thiago acariciar su mejilla, Bill se aparto rápidamente, sintió asco, sus manos eran frías y no tibias como las de Tom. Su Tom.

—Shhh—. Emite el chico —me encanta tu nuevo look de cabello, ese color blanco y negro, te queda tan sensual —. Él azabache quería correr en ese instante, quería huir, quería salir pero no sabía cómo —¿Como se vería mojado, empapado de sudor y pegado en tu frente?—. Los ojos de Bill se abrieron en demasía —Mientras me montas como la putita que eres.

—Ya, basta—. Pidió Bill, entre el llanto.

—Nuh, Nuh, Nuh —. Thiago movía su dedo índice en negatividad —Yo soy el único que da órdenes, y tú cómo mi buena perra debes acatarlas—. Escupió —Y ahora te ordeno que te inques ante mí, y me la chupes, que para eso sirven las perras como tú —. Bill, comenzó a hiperventilar, estaba sofocado, exasperado, temeroso, temblando, y con la garganta seca.

—No puedo. . .—. Bill estaba a punto de vomitar de tan solo imaginar tremenda asquerosidad, no quería hacerle una felación a Thiago, ¿Como podría sin tener ganas de potar, o sentír arcadas?.

—Si, si puedes, es muy fácil. . .—. sus dedos viajaron por el suave cabello del azabache, dándole caricias que a Bill le parecían enfermas —. . .Solo incate, tomas mi polla y te la metes a la boca —. Musito —muy seguramente se lo haz hecho a ese imbécil, ¿Porque no a mí?.