Tom se encontraba solo en su habitación, perdido en un torbellino de pensamientos. La reunión en casa de Georg hace cinco días había sido el punto de quiebre, las palabras de Thiago resonaban en su mente como un eco desagradable que se negaba a desaparecer.
El miedo y la incertidumbre lo invadían, y Tom luchaba por contener la rabia y el odio que sentía hacia Thiago. Desde que ese hombre se había aparecido en la vida de Bill, no había hecho más que intentar arrebatarle lo que más amaba. Cada gesto, cada palabra, cada mirada parecía estar diseñada para socavar su relación con Bill.
Un sentimiento de impotencia lo embargaba; se odiaba a sí mismo por dudar de su valía como pareja. ¿Acaso no era suficiente para Bill? ¿Por qué luchaba con la constante sensación de no ser lo mejor para él?
Tom se aferró a la almohada con fuerza, sintiendo una mezcla abrumadora de emociones. El estrés, el miedo y el temor por perder a Bill lo consumían por dentro, y ansiaba encontrar una forma de proteger lo que más amaba.
Con un suspiro pesado, se levantó decidido a enfrentar sus miedos y a luchar por su amor. La determinación brillaba en sus ojos mientras se dirigía a la cafetería de la cuadra, quería despejar su mente un poco.
[. . .]
Él azabache estaba en casa de Gustav, el Rubio el había llamado en la mañana porque Andreas y Georg estaban en su casa y que querían pasar un rato como en los viejos tiempos, conversar y hasta si se podía hablar mal de las chicas y chicos que les caían mal.
La atmósfera era distendida y alegre, y las risas resonaban en el ambiente mientras compartían cotilleos, mencionaban trivialidades y se lanzaban chistes malos entre sí. Aunque disfrutaba de la compañía de sus amigos, Bill no podía evitar sentir un peso en el corazón.
Los últimos días habían sido extraños, sobre todo en lo que respectaba a su relación con Tom. A pesar de haber intentado abordar el tema con el trenzado, Tom siempre le aseguraba que todo estaba bien y que no tenía nada de qué preocuparse. Sin embargo, Bill no podía ignorar el cambio en el comportamiento de Tom y la preocupación que lo invadía.
Mientras sus amigos continuaban con la conversación animada, Bill se sumergió en sus propios pensamientos. La imagen de Tom ocupaba su mente constantemente, y la preocupación por su bienestar lo consumía. Había notado que Tom apenas dormía y apenas comía, lo cual le generaba una profunda inquietud.
Además, cada noche escuchaba a Tom susurrarle al oído que no quería perderlo. Esas palabras resonaban en su mente como un eco constante, llenándolo de una mezcla de amor, preocupación y confusión.
—¡Bill!—. Él azabache se sobresalto al escuchar tremendo grito que había hecho el platinado —joder, llevo llamándote desde hace horas—. Era más que obvio que Andreas solo exageraba.
—¿Qué sucede, Bill?—. Preguntó Gustav.
Él azabache lo miro y nego con la cabeza —vamos, sabes que piedes confiar en nosotros, ¿Sucede algo con el raperito?—. Bill intento sonreír ante el mote que sus amigos le habían puesto a su novio, quería que no preguntarán porque él no quería molestarlos con sus problemas.
—No es nada chicos, os podeís estar tranquilos —. Musitó —¿Saben qué hora es?—. Él castaño llevo su mirada a su reloj de muñeca.
—Doce con quince del Medio día —. Contestó. Bill asintió lentamente, estaba cansado de que Tom invadiera el tema así que se levantó de su asiento y aclaro su garganta.
—debo irme, recordé que debo hablar con Tom, sobre lago sumamente importante, nos vemos luego, chicos —. Se despidió de sus amigos y salió de casa de Gustav como si de eso dependierasu vida.
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𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)
Fanfiction𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | "𝘓𝘢 𝘥𝘳𝘰𝘨𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘴𝘦𝘳 𝘩𝘶𝘮𝘢𝘯𝘰 𝘺 𝘵𝘶́ 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘢" 𝗧𝗼𝗺 𝗻𝘂𝗻𝗰𝗮 𝗽𝗲𝗻𝘀𝗼́ 𝗾𝘂𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 𝗹𝗲 𝗮𝗺𝗮𝗿𝗶́𝗮 𝘁𝗲𝗻𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗮 𝗰𝗮𝗼́𝘁𝗶𝗰𝗮 𝘆 �...