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—¿Lo quieres con un poco de azúcar?—. Le pregunto el pelinegro a Lauren, mientras tomaba una pequeña taza de café y vertía el líquido caliente del té que había preparado, en el.

Eran las ocho de la noche, y se preparaban para dormir, pero para su mala suerte, Lauren había presentado un inmenso dolor de cabeza, y Bill no contaba con el analgésico que se necesitaba para aliviar el dolor, así que optó por prepararle un té. . .

—Si, por favor —. Le respondió ella mientras se sentaba en el sofá con cuidado, ya su panza estaba más grande, y los días de parto se aproximaban, ya Bill se había encargado de comprar lo necesario, e incluso armar la pañelera para cuando el día de recibir a su hijo, llegará. . .

—¿Aún te duele demasiado?—. Le pregunto, mientras le entregaba la taza de té y tomaba asiento en el sofá frente a ella. La chica mientras bebía asintió, sintiendo de repente un leve dolor en su vientre, aunque pensó que no era nada grave, no dijo nada y simplemente frunció el ceño —Iré a cerrar las ventanas, vuelvo pronto—. Bill se levantó del sofá, encaminándose hacia los grandes ventanales, cerrando la puerta que daba al balcón, y las ventanas, acomodando las cortinas en el transcurso.

—Uaaagg—. Gimió Lauren, al ponerse de pie y ver cómo un líquido resbalaba por entre sus piernas, se alarmo, prácticamente porque en su sección ecográfica de la semana pasada, el doctor le aseguro que el parto sería dentro de dos semanas, ¡Y apenas había pasado una! —No, nick aún no era tiempo, debías esperar—. Susurro ella con voz tensa —¡Bill!—. Llamo a como pudo, pues su voz había salido como si ya no pudiera más.

—¿Que pasa?—. Pregunto él, mientras doblaba unas mantas para dejarlas encima del sofá, ya que eran algunas sábana que había cambiado y había lavado.

—Bill, al parecer Nick ya quiere salir—. Bill abrió sus ojos con sorpresa, las sábana cayeron al suelo y el se apresuró a llegar hasta Lauren, vio el gran charco bajo sus pies, y luego a Lauren —Ve a por la pañelera, Bill. . .debemos irnos al hospital, ahora—. Comenzaba a sentir los dolores, y debían partir a la clínica. . .


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—Aguanta, ¡No puedes tener al bebé en mi auto!—. Exclamó Mikel, quien había llegado apresurado a la casa de Bill cuando esté le llamo avisándole sobre la situación, Lauren gruñía, le dolía demasiado y sentía que casi no podría —Estamos a punto de llegar—. Bill trataba de calmar a la chica, diciéndole que respirara profundo, aunque prácticamente el también estaba angustiado porque no sabía que hacer exactamente. . .

—Venga lau, solo, respira ¿Sí?—. Le decía —Inhala y exhala, hazlo varias veces—. La chica hacia lo que Bill le indicaba, pero eso no arreglaba nada, simplemente le alteraba aún más —Joder, ¡Mikel, apresurate!—. Le gritó.

Bill tampoco quería que su hijo, su primer hijo, naciera en un coche. . .

De tan solo pensarlo, se le erizaba la piel. . .

—Ya casi—. Susurro mikel, girando el volante para cruzar la curva. . .


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—Joder, necesito ayuda—. Anuncio Mikel en recepción —Mi amiga está a punto de dar a luz—. Dijo, dirigiendo su mirada de nuevo a Bill quien sostenía a Lauren ya que la chica por el dolor no podía mantenerse en pie. . .

—Claro que sí—. Dijo el recepcionista —Necesito ayuda en urgencias, ¡Ya!—. Anuncio por el intercomunicador del hospital.

Pronto vieron como dos enfermeras, junto a tres auxiliares se acercaban para atender la emergencia. . .el recepcionista explicó lo que debía, y pronto sentaron a Lauren en una silla de ruedas. . .

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora