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—Venga, amor. . . llegaremos tarde—. Decia Bill, pues a decir verdad había puesto una alarma, pero, se había quedado dormido, ¡Además Nick no colaboraba! En eso tocaron a la puerta, Bill bufo mientras tomaba a Nick entre sus brazos y salía de la habitación para abrir la puerta.

—Pero, ¿Como es que aún no estáis listos?—. Pregunto Chelsea, adentrándose a la casa de Bill junto a mikel.

—Nos henos quedado dormidos, ¡Y Nick se ha despertado primero y ni me ha levantado!—. Exclamó el azabache.

—Venga, yo te ayudo a con Nick, y tu te arreglas—. Bill asintió entregándole a Chelsea el pequeño —¿Cual es su vestuario?

—Solo falta abotonar la camiseta y colocarle la chaqueta y el lazo—. Sí, Bill le había comprado a Nick un esmoquin negro, que le quedaba a decir verdad, muy mono, el bebé con su cabello rubio y su piel blanquecina, lucía muy hermoso con aquel traje.

La rubia asintió y entro en la habitación para seguir con lo indicado, Mikel mientras, solo se sentó en el sofá y encendió la tv. . .

Bill se maquillo, terminando de arreglar su traje, un pantalón, camisa con estampado en colores y chaqueta, los tres de color blanco, había cortado su cabello y ahora no era para nada largo, lo peino hacia atrás, y justo al terminar se aplicó loción, busco entre los cajones de su tocador los lentes oscuros, que había comprado para convinar el traje.

—Wow, pero que hermoso niño—. El bebé sonrió como si entendiera lo que Chelsea le había dicho, Bill lo miro a través del espejo y sonrió, si que se veía mono, tan lindo como Tom, pensó —Ahora si, es hora de irnos—. Chelsea bajo al pequeño al suelo, el cuál casi se caía, pues pasaba que  aún no aprendía del todo a caminar.

—¿No le haz enseñado a dar los primeros pasos?—. Pregunto Mikel, Bill lo miro y asintió, claro que le habían estado enseñando esos días, y claro que el pequeño había aprendido, lo que pasaba, era que Nick estaba muy acostumbrado a que el azabache lo cargará siempre.

Ya Bill se había dado cuenta de ello.

—Solo le gusta que lo carguen, siempre—. Susurro Bill, terminando de arreglar unas cosas en el tocador y dejar todo listo.

—Pues, hoy no será así, caminarás nickito—. Le dijo Mikel al bebé inclinándose a su altura —Ahora, vamos—. Salieron de casa, y se subieron al coche de Mikel. . .

—¿Sabes si Pipe ya está allí?—. Mikel asintió.

—No solo él, están todos, solo faltamos nosotros y Susanne—. Respondió mientras giraba por la curva. En tan solo unos minutos ya estaban fuera del lugar en donde habían planeado la boda, era un campo al aire libre a la orilla del mar, muy hermoso a decir verdad.

Bill tomo al pequeño de la mano y lo hizo que caminará, así, aprendería más rápido. El pequeño, comenzó a caminar tambaleándose a cada momento. . .

—Puedes dejarlo junto a aquellos niños, son familiares de Susanne, sus sobrinos, o algo así. . .—. dijo Mikel, bill asintió, no quería dejar a su bebé solo, pero sabía que no le pasaría nada y jugar no le vendría mal, así que lo dejo con los pequeños y se acercó a la mesa, que quedaba a unos metros de ellos para estar al pendiente.

Lo que Bill no sabía, es que alguien desde la lejanía los observaba con una sonrisa llena de dulzura en su rostro y sus ojos acuosos mientras derramaba lágrimas, con el corazón acelerado. . .

—Y, bien. . .¿Que tal quedó todo?—. Le pregunto Chelsea, tomando asiento a su lado. Bill desvió la mirada de su hijo y la poso en la chica quién le ofrecia una copa de champagne, Bill la tomo sin rechistar.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora