𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)

Extra ¹

[ Bueno, quería deciros antes de comenzar, que este capítulo u extra, se basa en el que iba a ser el primer capítulo de esta historia, quiero decir, el momento exacto donde Tom conoce a bill. Prácticamente, se iba a basar en un “By tom” pero, lo deje atrás ya que no le vi procedimiento al fic.

Pero, ya que no quiero dejarlo en el olvido, he decidido publicarlo como un extra o mejor dicho un “Capitulo inédito”. Espero que os guste ].

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By: Tom

—Uaagh—. Gemi susurrante, el dolor en mi cabeza era insoportable, sentía mi cabeza explotar con cualquier mínimo ruido —Joder—. Me tambaleaba mientras caminaba hacia la estación del metro, no encontraba la manera de mantenerme en pie, el alcohol en mi sistema, me tenía masacrado.

Baje las escaleras que me llevarían a lo subterráneo de la estación. Siendo empujado por todas las personas que subían o bajaban. Mi cabeza palpitaba, como una punzada de dolor cada cinco segundos.

Lo peor de todo es que sabía el “porqué” de mi estado.

Supongo que la cocaína inhalada y el alcohol revueltos causaban esa sensación de embriaguez, para morirse.

—¡Tenga cuidado!—. Me grito una anciana, cuando al no poner cuidado casi le hacia caer. Suspire pesadamente, mientras me sostenía de una de las columnas cerca de la pequeña recepción, en donde una chica rubia atendía y se encargaba de dar la información a quiénes esperaban o no el metro.

—Disculpe—. Le llamé —Necesito que me diga, cuando llegara el metro con dirección a Mannheim—. La chica me miró de pies a cabeza, haciendo mueca de asco, una que había tratado de ocultar. Idiota.

—En diez minutos—. Respondió con frialdad. Asentí sin darle mucha importancia y camine a como pude hacia una de las bancas que allí habían.

Diez minutos. . .

Joder, solo quería llegar a casa y dormir hasta el día siguiente. Sin responder a preguntas, sin preocuparme a por nada, simplemente dormir. Y ver si la resaca se iba. Aunque sabía perfectamente que no sería así. Pero, ¿Que importaba?

No era más que un caso perdido.

Una jodida mierda, que no debía existir.

Vi como el metro se detenía en la lejanía, sentí desfallecer cuando vi todo lo que debía caminar. Los murmullos de las personas, fastidiaban mi cabeza, el dolor aumentaba y era en esos momentos cuando deseaba que todos se fueran a lo profundo de la mierda. Como todo un ebrio me dirigí al metro con las piernas flanqueando y mi visión levemente borrosa.

—Carajo—. Murmuré, al momento en que tome asiento en uno de los asientos. El metro tardo en comenzar a andar y comenzaba a impacientarme. Sentí las terribles ganas de vomitar, devolver la comida que claramente no tenía, ya que no había comido en un día y medio, lo único que permanecía en mi cuerpo habían sido las cinco líneas de cocaína que me había inhalado y el licor que había ingerido, en aquella fiesta en casa de una tía que no conocía.

El tren comenzó a andar, y lleve mis manos a mi estómago, mientras mantenía mi boca cerrada, sentía lo ácido subir por mi garganta, pero me contuve.