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—hola, Chelsea— saludó Bill con una sonrisa.

—He escuchado que te has unido a las clases de poesía— dice la chica esbozando una pequeña sonrisa —ya esperaba que lo hicieras— musitó asintiendo lentamente con la cabeza.

Conocía a Bill desde hacía mucho tiempo o bueno, mejor dicho, desde qué Tom le pidió el favor de qué le averiguara todo de su día a día, siempre. Ella supo a quién se refería Tom aquella tarde que llegó con una gran sonrisa en su rostro y un semblante diferente, una actitud más radiante, más viva, a contarles sobre el hermoso chico al que había visto en el subterráneo. Fue nada más escuchar lo bien que lo describió y darse cuenta que se trataba del bonito chico Kaulitz, del cuál una de sus amigas y compañera hablaba siempre con añoranza. Cómo toda una fan obsesionada por él.

—Me encantan los poemas, lo sabes...— comentó cruzándose de brazos y suspiró —Chel... no quiero escucharme grosero pero tengo que saber que haces aquí... creí que estabas muy... ocupada... con las chicas y eso...— preguntó el azabache.

—Solo quería saludarte, ya sabes... también, quería pedir tu ayuda con una de mis chicas— Chelsea era la jefe de las porristas, hacía ya dos semanas que no asistía a clases, bueno, desde que la relación con su novio termino.

—¡Claro!— expresó Bill sonriendo —cuando quieras...

—¡Bien!... ¿Tal vez mañana?— Bill, pensó si tendría algo que hacer, y como siempre, estaría libre, así que asintió. Le encantaba ayudar a la rubia con las prácticas —En el salón de ensayo, después de clases...— dijo —nos vemos, Billie— y se despidió con un beso en la mejilla.

Como había mencionado, antes. Todos allí amaban a Bill, les caía bien, y no lo juzgaban para nada por maquillarse, si no todo lo contrario, le alababan por tener los huevos y ser quien era. Sin ocultar nada, lo admiraban, eso era obvio... se podría decir que Bill era como... ¿Un chico popular?.

—Ahg. . .—. pronuncio Andreas —Que mál me cae—. musíto, Bill río. A sus amigos no les agradaba Chelsea, según ellos ella se aprovechaba de lo bueno que era Bill, aunque también era porque la chica se fue, sin dejar una pista de porque termino con el líder de los futbolistas. Un tanto idiotas, sí.

Bill bufo —bien, tenemos quince minutos para ingresar a la próxima clase, ¿Física?—. Preguntó intentando recordar.

— Algebra—. Recordo Georg, chasqueando la lengua, le aburría esa asignatura, pues era la que llevaba por el piso, no entendía nada por más que le explicaban.

—Uh, yo debo ir a la clase de materia orgánica. . . —. Asintió Bill —ire a por un jugo, ahora vuelvo—. Bill  se iba a levantar, pero Andreas no lo dejo, era obvio que el chico quería que Bill le contará aquello que había nombrado en la mañana, y lo quería saber, ya.

—¡No te escaparas!—. Grita Andreas —¡Vamos!. . .no me dejes con la intriga billie, ¡Por favor!—. Suplico haciendo un puchero. El aludido ríe nervioso, se sentía como en un interrogatorio, sus tres amigos lo miraban espectantes, esperando una respuesta.

—eh dicho que a la salida —. Musíta el azabache —no os diré nada, ahora—. Declaro, firme.

—¡Falta mucho para que salgamos!—. Dice Georg, sintiéndose perdido. De verdad los tres chicos, querían saber sobre eso de lo que Bill les quería contar, y prácticamente no podían esperar hasta la salida, cinco horas faltaban. . .

—venga, Bill. . .habla ya—. La voz de Gustav se deja escuchar. Bill resopla, y ríe de nuevo, jugueteando con sus dedos.

—Bien. . .—. dice, ya dándose por vencido. Y es que el no podria aguantarse por más tiempo, debía contarles a sus amigos —Esta mañana, estaba en el andén del tren, esperando el próximo para venir aquí. . .yo, no sé cómo. . .ni porque, pero. . .vi a un chico, lindo. No lo niego, era lindo. Y, me sentí extraño.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora