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“Bill, ¿Como estas?, ¿Ya te haz despertado?. .ya queremos llegar a la universidad. . .nos tienes que contar cómo te fue ayer”.

Gustavo y los chicos a veces pueden llegar a ser tan cotillas que a Bill le  causaba  gracia. Recordar el día tan maravilloso que paso ayer, le volvía loco de la cabeza por querer repetirlo. De verdad se ke era difícil no comenzar a sentir cierto gusto por aquél chico con trenzas.

Se sentía tan bien con tan solo pensarlo, pero también le agobiaba, ¡No salía de su cabeza! Estaba allí, en un constante 24/7, eso era como vivir una sueño dentro de una burbuja, la cuál él temía que se explotará en cualquier momento.

Tom era tan lindo con él, y se estaba volviendo tan especial, tanto que estaba dispuesto a dejar de lado sus principios y vida de “chico responsable” solo por él. Solo por Tom.

Hoy iría a la facultad, el fin de semana había terminado, faltaban meses para las vacaciones, pero ¿Por que estaba pensando en las vacaciones?, ¡Apenas hace tres meses iniciaron las clases!, soltó un bufido cansado. El azabache comenzaba a extrañar, las vacaciones.

Salío del baño, ya se había duchado y también aplicado las cremas a para su cuerpo y cara, se dirigió a él armario, en busca de algo cómodo para usar. Unos pantalones oscuros, una camisa en color rojo con un estampado en negro, un boxer y un par de calcetines, se acerque a la cama dejando todo allí, y tomo su móvil para contestar el mensaje de Gustav . . .

“Gusii, hola. . .nos vemos en la uni, me estoy arreglando”

“Ya quiero contaros como me ha ido”

Los envio, dejo caer el móvil encima de la cáma y Tomo la ropa para empezar a vestirse . Busco sus  tenis blancos, y me se dispuso a ponérselos, se dirigió de nuevo al baño para comenzar a maquillarse, y arreglar un poco su cabello, Bill comenzaba a creer que la idea de usar rastas había sido demasiado, ¡No podía lavarse bien el cabello!, o al menos eso pensaba él.

Tarareando una de las canciones que había compuesto, comenzó a aplicarse el respectivo maquillaje, acomodo su negra melena, y por último aplico brillo labial, con el sabor de una de sus frutas favoritas; la fresa.

De los cajones de su tocador, saco un gorro de lana holgado, de color blanco, se lo puso viéndose a través del mini espejo. Perfecto. Pensaba en como sería su próxima salida con Tom. Sonrió de lado, tomo su bolso, su libro (el cuál aún no terminaba de leer) y salió de su habitación. Como siempre sus padres estaban abajo, su madre en la cocina y su padre, leyendo el periódico.

Quería acercarse y despedirce pero, ¿Cuantas veces no lo había hecho antes?, miles de veces y ¿En todas esas veces, que había recibido de parte de ellos?, nada. Ni una muestra de afecto. Pero aún así no dejaba de intentarlo.

—Ya me voy, nos vemos luego —. Dijo estando frente a la puerta. No recibió ningúna respuesta, suspiro, y salió de su casa, colgó su mochila en su hombro y comenzó a caminar con dirección a la estación del tren; volvió a sonreír al pensar que quizás, aquél chico de trenzas estaría esperando a por él .

Abrió el libro en la página que correspondía, estaba a poco de llegar al final, hasta ahora el libro le había hecho llorar, pero era fuerte, aunque no emocionalmente, sufriría como niño pequeño si el libro terminaba con un final Triste.

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Tom tenía la cita perfecta para el día de hoy, si la de ayer fue hermosa, la de hoy seriá muchísimo mejor. Sabía que Bill tendría que asistir hoy a la facultad, y como siempre, estaba allí, sentado en la banca, que le proporcionaba una vista perfecta hacía el andén, esperaba paciente, (como siempre lo había hecho) a que su chico llegase.

𝐀𝐃𝐃𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 | ᵀᴼᴸᴸ (𝑬𝒅𝒊𝒕𝒂𝒏𝒅𝒐)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora